La leche de oveja ha experimentado una bajada de 10 céntimos por litro, lo que la sitúa actualmente en 1,20 € por litro, frente a los 1,30 € del anterior trimestre. Esta reducción de precio es especialmente sorprendente dada la reducción de la producción de leche en este trimestre, que es aproximadamente la mitad de la producción en primavera.
Isidoro Torío, presidente de la Organización de Productores de Leche de Oveja de Castilla y León (OPECYL) señala que “históricamente, una disminución en la producción de leche nunca ha sido acompañada por una bajada de precios, sino al revés. De hecho, se espera que el precio de la leche de oveja suba en el cuarto trimestre del año debido a la menor producción estacional”.
La reducción de precios se produce en un contexto de cambios significativos la producción y la estructura del sector ovino. Aunque los costes de alimentación animal han disminuido, otros factores han impactado negativamente en el aumento de gastos.
La reducción del censo de ovejas se debe a las directrices europeas que han limitado el uso de medicamentos veterinarios, lo que obliga a una reposición o recría del 10% cuando no se puede tratar a los animales de manera adecuada o a tiempo. A esto se suma el aumento considerable de los salarios en el sector, aunque sigue siendo difícil encontrar personal dispuesto a trabajar en condiciones tan exigentes. Los servicios de los veterinarios de las cooperativas, aunque ayudan a paliar la situación con sus actuaciones y analíticas, no pueden recetar medicamentos que se puedan adquirir rápido, lo cual afecta negativamente a la producción en casos de enfermedades que requieren tratamiento inmediato.
El sector ovino actualmente no está recibiendo inversiones, a diferencia del porcino y el vacuno de cebo, que sí cuentan con personal, generan actividad y obtienen producciones más grandes. La falta de inversiones, combinada con la carencia de relevo generacional, agrava la situación. “El trabajo en el sector ovino es duro, exige disponibilidad los 365 días del año y no garantiza un salario mínimo justo, lo que desincentiva a las nuevas generaciones”, afirma Isidoro Torío.
A esta incertidumbre se suma la disparidad de precios entre regiones. Cuando el precio de la leche baja en Castilla y León, sube en Castilla-La Mancha, lo que genera un éxodo temporal del poco personal disponible en la comunidad.
Isidoro Torío expresa su preocupación por esta situación y hace un llamamiento al sector para buscar soluciones que garanticen la sostenibilidad y el futuro del ovino en España.