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viernes, noviembre 8, 2024
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¿Y si el agricultor se queda sin cobrar?

En las actuales circunstancias de incertidumbre se hacen más patentes valores como la seguridad y la seriedad en el pago. Todo el trabajo de LESA se dirige a un objetivo: el máximo rigor para que el agricultor tenga asegurado el cobro de su producción
En una coyuntura como la actual, marcada por el deterioro de la economía española y la austeridad en subvenciones, muchas de las empresas que hasta el momento habían permanecido a flote comienzan a resentirse de políticas comerciales incorrectas que por ende derivan en el cierre de las mismas. Ni siquiera un sector consolidado como es el agrícola logra evitar los constantes golpes de la industria agroalimentaria, generando casos del mismo tipo. En estas circunstancias de incertidumbre, se hacen más patentes aún, si cabe, valores como la seguridad y la seriedad en el cobro.

Desde la experiencia que confiere a LESA ser uno de los operadores más veteranos del mercado de cereal, hemos detectado a lo largo de los años señales y alertas que se identifican en una empresa que presenta problemas de solvencia a la hora de hacer frente a sus obligaciones de pago hacia los agricultores. Si bien en algunos casos son circunstancias puntuales, la confluencia de algunas de ellas es motivo suficiente para reconsiderar opciones más seguras. Con esta breve guía de síntomas se pretende informar al agricultor y ayudarle en la toma de decisiones:

Plazos de pago excesivamente largos o retrasos relevantes en los plazos establecidos: si el retraso es generalizado en todos los pagos, la empresa puede atravesar tensiones de liquidez recurrentes que eventualmente puedan generar un impago.

Paga más que el mercado por la cosecha: una de las señales más claras; en el precio hay implícita una variable de riesgo por la posible insolvencia.

Lidiar con acreedores todo el día: el responsable del almacén ya no tiene tiempo para preocuparse de atender su negocio en debida forma, asesorar al agricultor, visitar clientes, etc., pues su día a día se convierte en lidiar con acreedores y mirar dónde puede abrir un nuevo cupo de crédito.

Problemas en el pago de impuestos con Hacienda: si bien es un factor difícil de identificar, en algunos casos los acreedores reciben notificaciones de la Agencia Tributaria embargando los pagos. Tarde o temprano se conoce en el mercado.

Retraso en el pago de nóminas a sus empleados: es uno de los peores síntomas, una medida que no se toma salvo que no exista otra opción.

Desde LESA somos responsables de miles de familias que confían en nosotros para entregarnos el trabajo de cada año. De la misma manera que nosotros confiamos para suministrarles y asesorarles sobre los insumos de abono, semilla y fitosanitarios necesarios para la cosecha. Con semejante responsabilidad en las manos consideramos prioritario minimizar el riesgo en nuestra operativa diaria para proteger la inversión del agricultor. Por ello seguimos unos estrictos controles de riesgos con nuestros clientes que se pueden resumir en las siguientes fases:

Filtro inicial de nuestro comercial, contrastando información de mercado sobre el cliente en cuestión.
Evaluación de indicadores principales en sus cuentas anuales por parte del departamento financiero.
Traslado de la venta a nuestra Aseguradora de Crédito para determinar las ventas máximas a efectuar en función del crédito asegurado.
Seguimiento evolutivo de su solvencia por medio de los tres factores anteriores para ventas posteriores.

Somos conscientes de que la relación con nuestros agricultores es el mayor activo que poseemos y puesto que nuestro futuro va de la mano, las acciones realizadas siempre van encaminadas a ofrecerles servicios y productos de calidad junto con nuestro compromiso de llevar una rigurosa operativa con el cliente para asegurar el pago a tiempo al agricultor.

Este principio de seriedad ha sido la base del crecimiento de LESA en los últimos cinco años, premiándonos campaña tras campaña con su fidelidad cientos de agricultores de hasta 3ª generación que confiamos sigan haciéndolo durante muchos años más.

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