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lunes, abril 29, 2024
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Las lluvias de septiembre, último impulso para una vendimia de calidad

La recogida de la uva avanza a diferente ritmo en las zonas vitivinícolas de Castilla y León, pero las precipitaciones de este mes han sido por lo general bien recibidas.

Lejos de suponer un gran problema, las lluvias generalizadas de septiembre, en las que se incluyen las precipitaciones correspondientes a la DANA del primer fin de semana del mes, no han supuesto un gran contratiempo a las Denominaciones de Origen del vino en Castilla y León. Es más, en algunos casos, las lluvias fueron recibidas con gusto por parte de los viticultores de diversas zonas vitícolas.

Es el caso de Ribera del Duero, ya que las viñas tomaron las precipitaciones como agua de mayo… aun estando en septiembre. Según se apunta desde el Consejo Regulador, el viñedo empezaba a acusar un pequeño estrés hídrico, por lo que las lluvias y la forma en la que han llegado le pusieron la guinda a una maduración de las uvas que ya se preveía positiva. No se superaron los 35 litros por metros cuadrado, por lo que el terreno pudo absorber bien el agua.

Se espera una calidad excelente de la fruta, aunque desde Ribera del Duero aún no se atreven a hablar de cifras en una vendimia, que, a pesar de algunas previsiones que apuntaban a un adelanto, se llevará a cabo en las fechas habituales.

Máxima calidad en Rueda

Un año más, la Denominación de Origen Rueda ha madrugado más que otras zonas para comenzar su vendimia, ya que lo ha hecho a mediados de agosto. Concretamente, las variedades Sauvignon Blanc y Chardonnay, al tener un ciclo vegetativo más corto y una maduración más temprana, han sido las primeras en vendimiarse.

La recogida arrancó en plena ola de calor en noches que no bajaban de 25 grados, aunque durante el verano las temperaturas no han sido tan extremas, por lo que los viñedos se han mantenido con un buen equilibrio hídrico, permitiendo la recogida de la uva con unas condiciones sanitarias excelentes, lo que presupone la obtención de unos mostos y vinos de máxima calidad, y con una mayor evolución debido a la acidez.

“Gracias a este equilibrio y concretamente a la acidez de este año vamos a poder ofrecer al consumidor vinos de guarda, tal y como hemos venido haciendo en los últimos años. Es decir, vinos que se podrán consumir en dos o tres años”, afirma Carlos Yllera, presidente de la DO Rueda.

Este año, la campaña cuenta con 1.576 viticultores, 79 bodegas elaboradoras, siendo 70 las receptoras de uva, dentro de las que se encuentra la nueva bodega UVAS FELICES SL. La superficie inscrita es de 20.767 hectáreas. De ellas, cerca del 98% (20.368 ha.) corresponden a variedades blancas y de éstas, el 88% (17.925 ha.) son de Verdejo, variedad principal de la Denominación de Origen Rueda.

Satisfacción en el sur

En el sur de Castilla y León las valoraciones de los profesionales son muy optimistas. Según el presidente de la DOP Valtiendas, en Segovia, Jose María Galindo, se prevé la recolección de unos 400.000 kilogramos de uva en la vendimia 2023: “el año ha sido muy cálido, pero la uva no ha sufrido estrés hídrico. Los racimos están muy sanos, son pequeños, sueltos y concentrados”, explica.

Y que esta añada en Valtiendas ha sido seca, han llovido en torno a 250 mm anuales, cuando lo normal son 400 mm. Un marzo caluroso adelantó el ciclo, pero la bajada de temperaturas en septiembre semanas y la gran amplitud térmica ayudará a preservar los aromas varietales y la acidez de las uvas.

Por su parte, en DOP Sierra de Salamanca, la campaña se intuye “espectacular”, tanto en términos sanitarios como de cantidad, con una estimación de 300.000 kilos de uva calificada.

La brotación fue temprana, debido a que la primavera fue seca y calurosa, de ahí que la recogida de la uva empezase unos días antes que el año pasado.

Miquel Udina, que tras ser director técnico de la DOP desde los inicios ha sido elegido nuevo presidente de la entidad, explica que “2023 ha sido atípico. En primavera, que es cuando más llueve en la Sierra, prácticamente no ha caído ni una gota y en junio, cuando normalmente empieza el periodo de sequía, ha llovido muchísimo. Las precipitaciones han estado, finalmente, incluso por encima de la media anual habitual. Teníamos miedo por los hongos, pero realmente la sanidad ha sido espectacular, ni oídio, ni ceniza”.

Como viene siendo habitual, la vendimia en la Sierra va a ser larga y escalonada, debido a las diferencias de altitudes, orientaciones, tipos de suelo y maduración de las variedades. De hecho, primero se han recolectado las uvas tintas rufete y tinto aragonés (tempranillo) y después es el turno de la rufete serrano banco.  

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