Los viticultores de la DO Rueda tienen una cita el jueves 2 de mayo, a las 19,00 horas, para revitalizar la asociación creada hace años para defender la rentabilidad del cultivo.
La propuesta ha partido de un grupo de profesionales independientes, que desean contar con una interlocución ante las bodegas, el consejo regulador y las instituciones. “Es una asociación al margen de las organizaciones agrarias, sin distintivos ni banderas”, apunta Juan Ruiz, uno de los impulsores de la iniciativa.
Una de las propuestas que están sobre la mesa es la de reducir la superficie de viñedo en la comarca, algo que para Ruiz “no se trata de una mala idea”, si bien “hay que ver de qué manera se aplica”. Porque la situación no es la misma para un joven profesional que para un viticultor que ya está pensando en jubilarse.
Además, “se trata solo de una más de las medidas que cabe poner en marcha, como la reducción de rendimientos”, tanto en viñedo como en bodega.
El año pasado la verdejo se pagó a una media de 40 o 45 céntimos el kilo, entre otras cosas gracias a que Cuatro Rayas contribuye a tirar de los precios. La bodega de La Seca (Valladolid) ha liquidado la uva de 2023 ligeramente por encima de los 50 céntimos, lo que ha contribuido a estabilizar un precio que en el caso de bodegas privadas ha estado más cerca de los 40 céntimos, como apuntan desde la asociación.
El coste de producción de la verdejo, la variedad emblemática de la comarca, varía en cada explotación, si bien el estudio de costes publicado por Asaja hace dos años apuntaba unos gastos de 50 céntimos el kilo. “Con esos datos es imposible mantener la actividad”, según Juan Ruiz.
La próxima estación de este tren será la reunión del 2 de mayo, cuando se elija una dirección y se empiece a pergeñar una estrategia para elevar el precio que recibe el viticultor, con vistas ya a la vendimia de 2024.