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viernes, octubre 4, 2024
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Recomendaciones para el buen manejo del viñedo tras una helada primaveral

Debemos intentar siempre que el viñedo salga lo antes posible de la situación de estrés que ha sufrido por la helada tardía

Es conveniente esperar quince días para evaluar los daños y las posibilidades de manejo de la viña, que puede estar afectada al completo o solo en parte

Alvaro-Catalina-MATARROMERAÁlvaro Catalina Tomás, doctor ingeniero agrónomo en Grupo Matarromera

A la hora de tomar medidas en un viñedo que acaba de sufrir una helada primaveral hay que tener en cuenta que no hay una solución universal, y que cada parcela necesitará unas medidas concretas y determinadas.

Un aspecto importante a considerar es el nivel de daño según el grado de la helada (temperatura mínima absoluta, duración, etc.). En función de esto último, nos encontraremos o todo el brote afectado o solo una parte, como puede ser el ápice o las inflorescencias. En todo caso, debemos intentar que el viñedo salga lo antes posible de la situación de estrés sufrida debido a la helada tardía.

En función de la intensidad de la helada y la resiliencia del viñedo, se producirá una nueva brotación de las yemas prontas (nietos), de las casqueras (principalmente la ciega) o incluso de las yemas de madera vieja.

Es conveniente esperar unos diez o quince días después de producirse la helada para evaluar los daños y las posibilidades de manejo de manera exacta. El viticultor, en base a lo anterior y al rendimiento que quiera lograr en la producción de este año y el próximo, decidirá cómo realiza la poda en verde.

El viticultor tomará unas medidas u otras en función de la situación concreta de cada parcela, porque, con toda seguridad, se van a dar escenarios muy dispares y también en función de sus experiencias anteriores. A continuación, destacamos unas recomendaciones generales a tener en cuenta en cualquiera de los casos.

Riego y fertilización

Tras la intensidad del estrés sufrido es importante que las plantas se sobrepongan y dispongan de suficiente energía a través de una adecuada reserva de agua y nutrientes. Por lo tanto, conviene realizar un riego que ayude a la nueva generación de brotes, más aún en años de elevada sequía como este.

En este punto, es importante no olvidar que es un cultivo de secano y que, en años que se consideren suficientes las reservas de agua o en viñedos vigorosos, demasiado riego puede resultar contraproducente. Es aquí donde el propio conocimiento del viñedo por parte del viticultor toma una gran importancia.

Si el viñedo ha quedado muy afectado por la helada se deberá aportar, inmediatamente después un fertilizante.

En el caso de que la superficie vegetativa sea escasa como resultado de la helada, será mejor aplicarlo en fertirrigación si disponemos de la infraestructura adecuada. En otros casos, el tratamiento podría ser mediante aplicación foliar. Para esto es recomendable esperar a que los nuevos rebrotes tengan la suficiente superficie de contacto que asegure su fortalecimiento.

También en este punto se debe tener en cuenta, como hemos comentado antes, el vigor y resiliencia natural del viñedo, ya que debemos evitar que un exceso de fertilizante desequilibre la planta y provoque un elevado crecimiento vegetal.

Existe una gran oferta comercial de productos vigorizantes o bioestimulantes (aminoácidos, vitaminas, abono nitrogenado, algas…), por lo que se debe decidir cuál de todos es el más adecuado a las condiciones y características de nuestro cultivo.

Poda en verde

Una vez evaluado el daño, se deberá actuar en función de las posibles situaciones que se den en el viñedo. En el caso de que los brotes se hayan helado hasta la base, la inmensa mayoría de los técnicos recomiendan no tocar el brote helado ya que este se desprenderá y brotará alguna yema secundaria (fructífera), terciaria y/o ciega.

En el caso de que los brotes se hayan helado solamente en el ápice, es recomendable no deshacerse de ellos para poder salvar la cosecha de ese año. No obstante, es interesante vigilar su crecimiento para, en el caso de que se considere oportuno, realizar un desnietado más adelante.

Podemos hacer uso de la tecnología existente de la lucha antiheladas y así anticiparnos a posibles escenarios adversos que puedan dañar el viñedo. Preparar la tierra y la planta para mantenerla en las más óptimas condiciones será nuestra mejor garantía de una buena cosecha.

Fotografía principal: helada en el viñedo. Autor: Matarromera.

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