Ricardo Ortega
El Programa de Actuación diseñado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha en relación con las zonas vulnerables a la contaminación por nitratos “mata las moscas a cañonazos”, adopta medidas “a ciegas” y desconoce la realidad agronómica de la región, así como la composición de sus suelos.
El proyecto de decreto que aprobará el documento ha despertado las iras de los regantes y, antes de su aprobación, deberá someterse a las alegaciones que ya se presentan desde diferentes entidades, como la CUAS Rus-Valdelobos o la Federación de Comunidades de Regantes de Castilla-La Mancha.

El presidente de esta última, Ruperto Mesas, destaca que el plan se ha elaborado “a ojo” y con el único objetivo de “cubrir el expediente” después de que el Tribunal de Justicia de la UE sancionara a España por no cumplir la normativa comunitaria sobre nitratos.
Entre otras cuestiones, se obvia que la propia Administración ha reconocido que las redes de control sobre el estado de las aguas “no son representativas”, además de no tener en cuenta la realidad de los suelos en relación con fenómenos como las filtraciones.
También “carece de rigor” a la hora de establecer las tablas de extracción de nutrientes por los diferentes cultivos y se prevén “medidas reforzadas” en caso de que no mejore la situación de los acuíferos, “sin explicar en qué se basan esas medidas”.
El programa establece un listado de medidas adicionales y acciones reforzadas de lucha contra la contaminación de las aguas, desde la convicción de que las “fuentes difusas” de contaminación representan uno de los mayores obstáculos para lograr un buen estado de las aguas.
Por ejemplo, cuando haya concentraciones de nitratos superiores a 37,5 mg/l para aguas subterráneas y 25 mg/l para aguas superficiales, se realizará un ajuste de la dosis máxima de nitrógeno aplicable a los cultivos “independientemente del tipo y características del suelo”.
Esos aportes máximos solo se podrán superar si se justifican mayores necesidades de abonado mediante la realización de un balance de nitrógeno o cuando se justifiquen las necesidades precisas en cada momento, “completado con las analíticas que apoyen los cálculos o la justificación documental”.
En cuanto al fósforo, el programa prevé un ajuste de las dosis máximas en aquellas zonas que contribuyan a la eutrofización de masas de agua superficiales.
Los aportes máximos solo se podrán superar si se justifican mayores necesidades de fósforo mediante la realización de un balance de nutrientes o cuando se justifiquen documentalmente las necesidades precisas en cada momento, “completado con las analíticas que apoyen los cálculos o la justificación documental”.
Del mismo modo, “la aplicación de purín de explotaciones porcinas o de gallinaza para abonar una parcela solo podrá hacerse en años alternos” y solo se podrán aplicar en años consecutivos cuando se justifiquen “documentalmente” las necesidades precisas en cada momento, junto con los análisis que apoyen los cálculos.
Otras medidas adicionales previstas por el Ejecutivo autonómico son la utilización de inhibidores de nitrificación a la hora de fertilizar o la comunicación telemática previa a la valorización de estiércol en parcelas agrícolas.