María Carmen García y Constantino Caminero. Área de Plagas (Itacyl).
Fotos: Francisco Jesús Ciudad (Itacyl)
Las precipitaciones distribuidas durante el desarrollo del cultivo y por encima de la media en el último mes, junto a las suaves temperaturas registradas, auguran, por el momento, un buen potencial en la previsión de cosecha de nuestros cereales de invierno, lo cual representa un soplo de aire fresco para el sector en estos tiempos de incertidumbre.
Sin embargo, no se deben obviar aspectos como que el momento fenológico va adelantado respecto a un año medio, lo cual puede ocasionar mayores riesgos en la casuística de ocurrencia de heladas tardías. O el hecho que esas bondades climáticas para los cultivos también son adecuadas para una mayor incidencia y desarrollo de algunas de las plagas y enfermedades que pueden afectarlos.
Y al respecto de las plagas y enfermedades, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, a través del Observatorio de plagas y enfermedades agrícolas de Castilla y León, tiene establecido un sistema de emisión de avisos de alerta temprana y fichas informativas, cuyo objetivo es apoyar a nuestros profesionales del campo en la mejora de sus estrategias de lucha integrada. Esta sistemática se hace visible a través de la plataforma web del Observatorio.
Así, respecto a la campaña de los cereales de invierno, ya el 7 de octubre de 2019 se emitió aviso preventivo relativo a dos plagas del suelo, gusano de alambre (Agriotes spp.) y zabro (Zabrus tenebrioides), acompañado de las recomendaciones de manejo al respecto: remoción del terreno, retrasar al máximo la siembra y evitar el cereal sobre cereal en parcelas endémicas. El otoño e inicio de invierno suave y lluvioso finalmente favoreció su expresión, dependiente de las condiciones climáticas, lo cual motivó un nuevo aviso el día 6 de febrero de 2020 a la vista de la especial detección de zabro en algunas zonas en las provincias de Burgos, Palencia, Soria y Valladolid. Para el gusano de alambre, ha sido la provincia de Valladolid, en la zona del Esgueva, donde mayores problemas se detectaron.
Desde entonces, y dados los condicionantes de humedad y temperatura habidos, el protagonismo en cuanto a incidencias fitosanitarias lo han representado las enfermedades fúngicas. Así, ya el 20 de marzo, con mayor prontitud de la habitual, se emitió aviso ante las primeras detecciones de roya amarilla (Puccinia striiformis f.sp. tritici) en trigos de la provincia de Palencia, incluyendo la recomendación de especial vigilancia en todas las comarcas, ya que, dado el carácter explosivo y rápido en la evolución y dispersión de esta enfermedad, resulta clave la aplicación de tratamiento ante los primeros indicios especialmente si se ha sembrado variedades susceptibles. Más adelante se ha constado su expresión en todas las provincias, quizá con menor rigor en la de Soria en la que las menores temperaturas parecen haber contenido a la roya en comparación al resto de provincias.
Con fecha 26 de marzo, se lanzó un nuevo aviso, también relativo a enfermedades fúngicas, en este caso recomendando la vigilancia en todas las zonas respecto a septoria (Septoria spp.) en trigo, rincosporiosis (Rhynchosporium secalis) en cebada y helmintosporiosis (Dreschslera spp.) en cebada y avena. Si bien la detección de estos hongos es habitual en cualquier zona y casi cualquier año, incluso con anterioridad, las previsiones en ese momento resultaban compatibles con un incremento de la incidencia de estas enfermedades y con que los riesgos asociados pudieran evolucionar a rangos cercanos a los umbrales de tratamiento. Se recuerda que, para estos hongos foliares, la clave está en la protección de las dos o tres hojas superiores, especialmente una vez haya aparecido la hoja bandera, puesto que es a ella y a las dos inferiores a las que se les atribuye una contribución de en torno al 70-80% de la producción final.
Esa previsión de incremento de las afectaciones fúngicas a corto medio plazo fue confirmado por las observaciones desde entonces, motivando un nuevo aviso con fecha 15 de abril, en forma de recordatorio de la incidencia de estos tres hongos y de nuevo de roya amarilla, para alertar a los agricultores de que nos encontramos en una campaña de especial incidencia e insistir en la necesidad de vigilar los cultivos de cereal.
En ese mismo momento comenzaron a detectarse los primeros vuelos de tronchaespigas, entre los que distinguimos: Calamobius filum, un cerambicido cuyos adultos resultan relativamente sencillos de reconocer por su coloración, forma alargada y sus largas antenas; y dos céfidos, pequeñas avispillas con bandeado amarillo y negro en el abdomen (dos bandas transversales amarillas en el caso de Cephus pigmaeus, una banda longitudinal en los laterales si se trata de Trachelus tabidus). Así, el 15 de abril, se lanzó el correspondiente aviso aconsejando al sector estar atentos a estos insectos, cuyas hembras hacen sus puestas mediante pequeñas incisiones en el tallo, desarrollándose la larva en su interior y provocando la sección de los haces vasculares y el bloqueo de la savia, debilitando la planta.
Otro de los insectos detectados, es la lema (Oulema melanopa), un crisomélido cuyas larvas se alimentan del parénquima foliar, sin llegar a atravesar la epidermis del envés de las hojas, produciendo una sintomatología típica de rayón de color blanquecino. La presencia de lema es muy habitual, pero en raras ocasiones produce pérdidas significativas. Esta incidencia también fue notificada con fecha 15 de abril.
Estos y otros avisos referentes a otros cultivos, han sido publicados en la plataforma web del Observatorio y se han emitido por correo electrónico y/o WhatsApp a través de la Red de agricultores colaboradores del Observatorio y en colaboración con Urcacyl, además de a través de los Servicios Territoriales de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural para su remisión a todos los departamentos de la Consejería en el territorio.
Cualquier agricultor y técnico interesado en colaborar en el flujo de información de estos avisos y recomendaciones, tanto como fuente de información vinculada directamente al terreno, como receptor de la información contribuyendo a su difusión, tiene disponible el formulario de inscripción en la red de agricultores colaboradores del Observatorio en este enlace.