Más de 300 profesionales se han dado cita en la segunda edición de la Bolsa Internacional de Cereales del Duero, celebrada en Arroyo de la Encomienda y donde se ha destacado el papel de Castilla y León como “granero de España”, con una producción cuyo valor ronda los 900 millones de euros
La cifra no se corresponde con la cosecha de este año, lógicamente, sino con los precios medios de los últimos años. Ya decía en la inauguración Eduardo Cabanillas, secretario general de la Consejería de Agricultura y Ganadería, que en esta ocasión “nos ha pasado de todo desde el punto de vista meteorológico”.
Alicia Langreo, ingeniera agrónoma y responsable de Saborá Estrategias Agroalimentarias, ha presentado el ‘Libro Blanco del Sector de Almacenistas de Cereales y Oleaginosas’, con datos estadísticos sobre almacenamiento en España “que hasta ahora no se habían hecho públicos”.
Tan es así que a día de hoy, y pese a estudios como el presentado, “no hay estadísticas sobre la capacidad de almacenamiento en España”. Y es que en todo el mundo, “solo Francia conoce sus datos porque el sector de las cooperativas está muy acostumbrado a colaborar con la administración y facilitar datos”.
En el caso de España, solo puede realizar estimaciones a partir de las cifras de producción y de importaciones realizadas. Eso sí, se sabe que las cooperativas suponen una tercera parte del mercado, mientras que los operadores suman dos tercios del total.
En relación con ello, destaca el proceso de concentración del sector cooperativo con vistas a la comercialización, auspiciado por las administraciones, que no ha tenido su correlato en el sector de los mayoristas.
Del total de almacenistas, no cooperativas, el 27% se encuentra en Castilla y León. Todos ellos trabajan con márgenes muy escasos y con costes muy elevados. Y es que “desde el año 2007 se ha disparado la volatilidad del mercado y ya nada ha vuelto a ser lo mismo”.
Una herramienta fundamental para los almacenistas es el conocimiento de los mercados exteriores, si bien muchos de estos operadores no acceden a esa información. “En muchas ocasiones porque ninguno de los miembros de la empresa habla inglés, idioma en el que se publican esos informes”, señala Langreo.
Por esta y por otras razones, estos almacenistas se aprovisionan en el mercado más inmediato, sobre todo la comarca y, en segundo lugar, la comunidad autónoma. “Sobre todo dan salida a la producción del entorno”, apunta.
El principal proveedor son los agricultores de la zona, aunque el estudio revela que otros proveedores son las cooperativas y otros almacenistas. Sus principales referencias para fijar los precios son, por este orden, el precio de puerto, el de la lonja y, en ocasiones, los precios internacionales. Asimismo, los criterios a los que atienden para fijar ese valor son la variedad de la que se trate, la calidad y el peso específico.
Mercedes Ruiz, de Aestivum – INTL FCStone, ha ofrecido una ponencia sobre las ‘Claves del mercado de cereal, campaña 2017-2018’. En su opinión, el análisis al futuro del mercado no puede perder de vista que, en España, este año la producción de trigo blando ha caído 46 puntos porcentuales, mientras que la bajada en cebada ha sido de 40 puntos.
Por esa razón deberá importar 16 millones de toneladas de cereal para abastecer a su mercado. Como consecuencia, la campaña 2017/2018 será “muy ordenada y con poca voracidad a la hora de exigir descuentos”.
Otros factores que no cabe desdeñar son que China atesora el 50% del stock de trigo del mundo, “mientras la UE ni figura en las estadísticas mundiales”.
Por otra parte, Rusia ha tenido una cosecha de récord, con 81 millones de toneladas de trigo. Así se explica que los integrantes de la antigua Unión Soviética (fundamentalmente Rusia y Ucrania) sumen el 31% de las exportaciones de cereal. El segundo exportador en la UE y el tercero, EEUU.
De hecho, el país norteamericano ha tenido un muy mal año de trigo, aunque “ello afecta poco al mercado porque tiene mucho almacenado”, mientras que la UE “ha visto cómo crecía la cosecha con respecto al año pasado”.