La carencia de agua les ha impedido ahijar de manera correcta. Han sufrido temperaturas muy bajas en las noches de enero y en abril subió el termómetro hasta ocasionar estrés hídrico y adelantar el espigado. Las heladas de primeros de mayo les dieron la estocada
Henar Arranz, gerente de Semillas Columbia
Hablando en general de lo ocurrido con los cereales en Castilla y León debemos empezar por mencionar que han tenido una gran carencia de agua durante todo el año, por lo que muchos cultivos no pudieron ni siquiera ahijar correctamente.
Durante el mes de enero sufrimos unas temperaturas muy bajas con heladas casi todas las noches. Sumándole esto a la falta de agua antes mencionada encontramos plantas débiles que no pueden desarrollarse.
A primeros de abril aumentaron las temperaturas significativamente ocurriendo dos cosas; por un lado se agudizó aún más el estrés hídrico que las plantas ya sufrían, y por otro, las plantas se adelantaron y comenzaron a espigar antes de lo debido, coincidiendo en el tiempo con las heladas de finales de abril y principios de mayo, lo que terminó de empeorar las cosas.
Durante el mes de mayo, muchos campos de Ávila y Segovia se segaron para forraje puesto que la planta ya se encontraba muerta.
Las lluvias del mes de junio ayudaron a mejorar algunos cultivos pero, en general, llegaron bastante tarde y el cereal no pudo recuperarse de lo sucedido en los meses anteriores.
Pocas enfermedades
Las enfermedades criptogámicas no han tenido tanta importancia como en otros años por la falta de humedad, pero sí ha aumentado la presencia de insectos dañinos por las elevadas temperaturas como trips, pulgones, tronchaespigas y garrapatillo.
Por todo esto, muchos campos no han sido cosechados consiguiéndose unas producciones medias mucho más bajas de lo habitual.
Empezando por la avena hay que mencionar que, al ser un cereal más rústico que los trigos, ha resistido mejor la sequía. Además suele sembrarse en el mes de octubre y con la finalidad de ser utilizado como forraje. Es decir, no necesitamos que la planta complete su ciclo para ser recogida, por lo que aunque la producción de este cereal también ha caído bastante, no lo ha hecho de una forma tan drástica como los demás, obteniéndose medias de 2.000 kilos por hectárea
El trigo blando se ha visto mucho más afectado por la sequía que por las heladas debido a dos causas: por un lado, es habitual sembrarlo en secano y, por otro lado, al tener un ciclo más largo que el resto de los trigos (tarda más en madurar, espigar, etc.) las heladas no le han hecho tanto daño.
Aun así, en algunas zonas de Valladolid y Segovia sí se han dado casos de fuertes daños por heladas. Pero en general, en toda Castilla y León la producción media de trigo blando ha caído a unos 1.500 kilos por hectárea. Solo se ha escapado de este fenómeno el norte de la provincia de Burgos (5.000 kilos) y zonas muy concretas del sur de Salamanca (3.500 kilos). En regadío si se han obtenido producciones de 8.000 kilos por hectárea en general.
Respecto al trigo duro de regadío, remarcar que a causa de las heladas de abril y mayo la producción se ha reducido este año a una media de 2.000 kilos por hectárea, mientras que un año normal podrían obtenerse 7.000 sin problema.
Trasladándonos ahora a la cebada, se ha visto muy afectada tanto por la sequía como por las heladas obteniéndose cantidades aún más bajas que las citadas anteriormente de trigo blando: entre 800 y 1.000 kilos.
Centrándonos en las heladas podemos decir que estas han afectado de manera más significativa a las cebadas precoces, aunque también debemos señalar que han conseguido recuperarse con más facilidad al llegar las lluvias de mayo y junio.
Por último, respecto al trigo de fuerza, decir que le ha ocurrido algo parecido a lo que comentábamos antes del trigo duro, ya que es un cereal de ciclo corto y también se suele sembrar en regadío. Es decir, lo que ha reducido su producción este año han sido principalmente las heladas.
Pero hay que mencionar que los trigos de fuerza que han superado las heladas han dado muy buenas producciones; esto nos hace pensar muchas veces que no es bueno adelantar mucho las siembras, eligiendo siempre la variedad más apropiada para la fecha de siembra.