La Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas de España (Accoe) va a apostar en este año 2020 por una nueva estrategia de comunicación que ponga en valor el papel de sus asociados como vertebradores del tejido económico del medio rural, ya que hablamos de empresas ubicadas, en su mayoría, en poblaciones de menos de 5.000 habitantes, que crean empleo, dan servicios y son claves para el abastecimiento de materias primas a buena parte de la industria agroalimentaria. Marcos Martínez, presidente de Accoe, analiza en esta entrevista la nueva etapa abierta por la organización.
-Accoe ha planteado este año una nueva política de comunicación. ¿Qué le lleva a iniciar esta nueva estrategia?
-Tenemos dos razones claras para plantear una nueva estrategia de comunicación. En primer lugar, queremos ofrecer a medios, eslabones de la cadena de comercialización/consumo y administraciones públicas una imagen real de la labor estratégica en el entorno rural que desempeñan los almacenistas y comerciantes de cereal y oleaginosas en nuestro país. Se nos ha tratado muchas veces como meros agentes de compra y venta de materias primas, olvidando casi siempre nuestro papel de creación de empleo y riqueza en la España rural, así como nuestra labor de asesoramiento y apoyo a los agricultores.
Hay que tener en cuenta que muchas de nuestras empresas se asientan en poblaciones de menos de 5.000 habitantes y que, además de almacenaje, ejercemos labores de consultoría y también proveemos de otros productos como semillas, abonos y fitosanitarios que facilitan el trabajo de los agricultores.
Por otro lado, creemos que ofrecer servicios como es la información semanal de precios y tendencias del mercado, como hacemos desde ACCOE, es fundamental en un sector como el nuestro, que depende en gran medida de movimientos de los mercados internacionales.
-¿En qué sentido los almacenistas de cereal suponen un sector estratégico para España?
-Los almacenistas de cereales y oleaginosas trabajamos con materias primas imprescindibles para el funcionamiento de las industrias de fabricación de piensos, harinas, maltas, sémolas etc. Somos proveedores de las industrias de segunda transformación de pan y bollería, pasta, o cerveza, por ejemplo. Y también somos clave para la producción de carne y leche de forma indirecta.
Nuestra labor apoyando el cultivo de cereales y oleaginosas en España es clave para no depender por entero de terceros países en el suministro de estas materias primas. Y, por último, somos el puente entre el agricultor y la industria transformadora ejerciendo además una labor de apoyo logístico, como he comentado antes.
-En el Libro Blanco que elaboraron hace un año se destaca también el papel de los Almacenistas en la vertebración del territorio rural y la economía de estas zonas. Ahora que se habla tanto de la “España vaciada”, ¿qué papel juegan ustedes en el empleo y la supervivencia económica de estas zonas mayoritariamente agrícolas?
-El trabajo de los almacenistas de cereal y oleaginosas ayuda a mantener vivo el mundo rural, ya que asesoramos a los agricultores sobre variedades y tendencias del mercado, los proveemos de semillas e insumos agrícolas, asumimos el almacenamiento y la logística necesaria para dar salida a su cosecha de cereales y, lo más importante, les aseguramos la compra de su producción a un precio establecido de antemano. Al mismo tiempo creamos puestos de trabajo en la zona, de forma directa o indirecta, contribuyendo la generación de empleo estable y de calidad en el mundo rural.
-¿Nos puede poner algún ejemplo de socios de Accoe que encajen en este perfil de diversas zonas agrícolas?
-Me vienen a la memoria empresas como Cereales Torremorell en Lleida, Cereales Huesca en Aragón, con la familia Borau al frente, Antonio Caballero en Castilla La Mancha y aquí, en Castilla y León, tenemos a Octaviano Palomo en Segovia o mi propia empresa, que es una empresa familiar de tercera generación creada en los años 50 en Soria. Y así podemos seguir repasando toda la lista de asociados de ACCOE. La gran mayoría de ellos son empresas pequeñas o medianas, principalmente negocios familiares, que dan un servicio integral en zonas rurales escasamente pobladas.
-¿Reciben ayudas los almacenistas de cereal por esta labor? ¿Qué pedirían a las administraciones para ayudar a sostener sus negocios?
-No, no recibimos ningún tipo de ayuda y a las Administraciones les pedimos una cosa muy sencilla, que es que traten a todos los operadores por igual, algo que no sucede ahora mismo. Este hecho distorsiona el comercio de cereales en España. Lo que reivindicamos es libertad de comercio. Que al agricultor no se le intente influir vía subvenciones para que trabaje con unos operadores o con otros. Nuestros agricultores son suficientemente inteligentes para elegir quién es más competitivo y quién ofrece mejores servicios por sí mismos.
Por otro lado, tenemos problemas que vienen de lejos como el hecho de que todas nuestras empresas soportan un IVA del 12% que se les paga a los agricultores y cuando nosotros vendemos repercutimos un 4%, por lo que tardamos varios meses en recibir ese 8% restante. En definitiva, nuestra posición es que las Administraciones no nos den nada, pero que nos quiten nada. Y que piensen en nuestro papel en un sector estratégico para el país y en zonas rurales necesitadas de tejido económico.
-A nivel económico, ¿qué peso tiene Accoe y el sector cerealista en la agricultura española?
-Según el informe ‘En clave Agro’, publicado por Bankia la pasada primavera, el valor de la producción de cereales en España en 2018 alcanzó la cifra de 4.271 millones de euros, representando una subida del 45% respecto a 2017. En un entorno de práctica inmovilidad de precios, esto se correspondió obviamente, al incremento de producción habido respecto a ese año. Con estas magnitudes, estas materias primas ocuparían el cuarto lugar dentro de la estructura agroalimentaria española por detrás de frutas, hortalizas y porcino. Para la mayoría de los analistas de este sector, dos tercios de esa comercialización se realiza a través de los almacenistas tradicionales.
No obstante, esas cifras supusieron un pico en una variabilidad estructural que deja en nuestro país unos dientes de sierra periódicos que pueden significar de golpe siete millones de toneladas de más o de menos de una campaña a otra. En la campaña actual, contamos con una producción nacional por lo menos un tercio inferior a la de 2018 pero nosotros seguimos teniendo la responsabilidad de abastecer a un mercado impasible a estas variaciones.
-¿Qué otras acciones de comunicación van a plantear para dar a conocer la imagen de los almacenistas?
-Hemos elaborado una estrategia de comunicación destinada a poner en valor nuestro papel en la cadena alimentaria y en el mundo rural. Estará dirigida tanto a agricultores como a consumidores. Respecto a las Administraciones Públicas, deseamos que sean receptores de una información veraz y objetiva sobre nuestro sector. Al mismo tiempo, mantendremos con ellas nuestro nivel actual de colaboración e intentaremos identificar nuevas sinergias. También vamos a sacar el máximo partido a eventos como ENOC 2020 y así estrechar las relaciones con los medios del sector para convertirnos en una de sus fuentes de referencia.
-¿Qué nos pueden adelantar del ENOC 2020 y qué objetivos se han marcado para este encuentro?
-El Encuentro Nacional de Operadores de Cereales es un evento consolidado que celebrará el 27 de febrero su 18 edición. Es reconocido como la cita cerealista del año con más de 500 asistentes y cuenta con la intervención de ponentes de prestigio y la presencia de buena parte del sector: productores, operadores y transformadores de cereal. Se trata pues de un marco único de referencia para la puesta en común y el análisis de temas de actualidad relacionados con nuestro sector que ayudan a estrechar lazos comerciales.