En muy pocos días hemos pasado de la ilusión por disponer de humedad suficiente para la siembra de la colza, con una buena labor de suelo, incluso profunda, a alcanzar los 30 grados centígrados, que han hecho “que se dé la vuelta a la tortilla” y las siembras se hayan frenado bruscamente en las colzas de secano.
Esas temperaturas elevadas, acompañadas en ocasiones de un viento considerable, han secado los primeros centímetros del suelo, que resultan vitales para la siembra de la colza. El agricultor sabe que en estas condiciones la colza no germinará o, incluso peor, que puede germinar y después secarse y morir si falta la humedad.
La situación afecta a los agricultores de Castilla-La Mancha, parte de Extremadura, el valle del Ebro y Castilla y León. En esa última comunidad había provincias que empezaban a apostar de forma seria por la colza de secano, como Burgos o Soria, y son precisamente las que menos agua han recibido en septiembre, señala Fernando Garrachón, responsable de este cultivo en la compañía Lidea.
Las siembras en regadío avanzan con normalidad, pero es en secano donde el cultivo se ve cuestionado. Solo se animan aquellos con las parcelas más frescas y algunos que apuestan por la siembra directa. Habrá que esperar a que acabe la ola de calor, con máximos históricos para el mes de octubre, para ver si cambia la previsión del tiempo.
“Hoy ya no se fija el límite del 12 de octubre para sembrar la colza; con las variedades actuales y el retraso de las heladas en los últimos años, podemos hablar de sembrar colza durante prácticamente todo el mes de octubre, siempre que se den las condiciones”, apunta Garrachón.
Este técnico también apunta a la flexibilidad que brindan las nuevas variedades de colza.
