La cooperativa está a punto de cumplir 40 años de presencia en Castilla y León, donde suma la fuerza de 30 cooperativas socias, en las que se integran más de 5.100 agricultores y ganaderos
La integración cooperativa ha sido clave en la evolución del Grupo AN. Nacido en 1910, ha conseguido implicar y aunar los intereses de 160 cooperativas, con cerca de 42.000 agricultores y ganaderos socios en gran parte de la geografía nacional. En la actualidad, el Grupo AN está implantado en ocho comunidades autónomas, entre ellas Castilla y León, donde tiene presencia desde 1981. Emplea a más de 1.680 personas, se ha convertido en la mayor cooperativa cerealista de España, en el principal exportador de hortalizas en fresco y es referente en conservas vegetales y como operador avícola. Con una amplia gama de productos y servicios diversificados, complementa su actividad con la mayor red cooperativa de carburantes de España y la provisión de seguros.
En un momento de gran incertidumbre económica, derivada de la pandemia de la covid-19, el sistema cooperativo ha demostrado sus fortalezas, como expresa el director general del Grupo AN, Alfredo Arbeloa: “El cooperativismo aporta la fuerza necesaria para la defensa en conjunto de las producciones de los agricultores y ganaderos por dos vías fundamentales: una es la propia fuerza que genera tener un volumen de comercialización importante a la hora de salir a vender. El cooperativismo defiende un conjunto de intereses, no un interés individual, y es en los momentos de crisis donde más claramente se ve esta circunstancia. Por otro lado, las cooperativas somos interlocutores directos con las distintas administraciones regionales, nacionales e internacionales y, por tanto, podemos defender los intereses de todos de manera más eficiente. Además, la adaptación a los nuevos hábitos de consumo y a las nuevas exigencias del mercado va a obligar a un impulso innovador importante que los agricultores no van a poder realizar de manera individual, y sí desde estructuras más sólidas y con capacidad de inversión, como las cooperativas”.
La importancia de la innovación
La innovación juega un papel fundamental en los planes presentes y futuros del Grupo AN: “Es importante porque se está produciendo un cambio en la agroindustria”, afirma Arbeloa. “Hay una variación en los hábitos de consumo, en lo que quiere el consumidor y en las formas de consumir. Y, a la vez, se busca una mayor seguridad alimentaria y hay un mayor interés y preocupación por la trazabilidad”. El Grupo AN canaliza la respuesta a esta nueva realidad mediante su participación en diversas iniciativas, como explica su director general: “Por eso estamos desde hace varios años en EIT Food, considerado el Sillicon Valley de la alimentación y donde se trabaja en la mejora continua, en el desarrollo de productos saludables y en muchos proyectos importantísimos para nuestro sector a nivel europeo. Está también la Cátedra Grupo AN con la UPNA para acercar a los estudiantes el mundo de la empresa y la cooperativa, que sepan de primera mano qué demandan las empresas. Colaboramos con entidades como el CSIC, estamos en el CNTA, Aditech, en Vitartis… La idea es tener presencia y participación en todos aquellos foros donde se está innovando en agroindustria”.
Y es que, según explica Alfredo Arbeloa, “solo mediante la innovación podemos adaptarnos a la forma de producir que el consumidor demanda: si los hábitos y las tendencias cambian y nosotros seguimos igual que siempre, tendremos problemas en el futuro. De manera que nuestras claves son innovar en productos, en procesos y en cultura, y estar cerca del consumidor para poder darle aquello que nos pida. A esto hay que sumarle que la innovación debe servir para aportar valor al producto de nuestros socios y que su rentabilidad no se vea perjudicada. Y somos muy conscientes de que supone grandes esfuerzos, porque a la innovación hay que dedicarle no solo dinero, sino también mucho tiempo, pero es la única manera de anticiparse a los retos del futuro”, asegura.
Pensando en los próximos años, Arbeloa expresa con claridad cuál es la línea a seguir: “Por un lado, el Grupo AN tiene que seguir impulsando la integración cooperativa, porque estamos viendo que es el camino correcto, el que siguen otros países y que se ha demostrado válido. Concentrar producciones para ser un proveedor seguro, con capacidad de servir a nuestros clientes, para tener mayor capacidad de negociación y tener mayores recursos para poder invertir e innovar. Y, por otro lado, hay que dar un salto hacia el total de la cadena de valor, ocupar más eslabones. Esto pasa por darle una vuelta más a la parte industrial, participando en negocios cercanos al cliente, que es donde está el valor final. Los modelos cooperativos de otros países tienen una parte industrial muy importante y son capaces de producir lo que el consumidor demanda. Esa es la línea a seguir en el futuro: la parte industrial tiene que ir tomando cada vez más peso para transformar el producto y darle valor y que no se lo quede un tercero”.
Solidaridad en tiempos de crisis
La crisis provocada por el coronavirus ha generado un importante incremento de las necesidades de los bancos de alimentos y los comedores sociales para poder atender a un número creciente de personas que dependen de esos recursos solidarios para poder comer. De hecho, los bancos de alimentos calculan que el número de familias a las que atienden va a pasar de 60.000 a 100.000 en los próximos meses en Castilla y León.
Para contribuir a resolver este grave problema, el Grupo AN, a través de su Fundación, ha intensificado la relación que mantiene con los bancos de alimentos con los que trabaja en la región: Burgos, León, Salamanca y Valladolid. Así, además de las entregas habituales de productos, semanales en algunos casos, al comenzar el estado de alarma se realizó una donación especial de 8.500 kilos de manzanas y peras, a los que se sumaron 6.800 unidades de productos en conserva de la marca Dantza: judía verde y tomate triturado.
Estas acciones se han englobado en una campaña solidaria con la que el Grupo AN ha querido ayudar a cubrir las necesidades de las personas más vulnerables durante la crisis provocada por la covid-19. También se ha querido así reconocer y agradecer la dedicación y el esfuerzo del voluntariado que ha seguido trabajando para ayudar a quienes más lo necesitan, sin detener su actividad a pesar de las dificultades de los últimos meses.
Por otro lado, el Grupo AN donó a comienzos de abril batas y diferentes elementos de protección para el personal de la residencia para mayores Nuestra Señora de los Milagros, de Ágreda, Soria.