Los lobos vuelven a cebarse con una explotación de la localidad de Sobradillo, según denuncia Asaja Salamanca. El pasado miércoles, 23 de octubre, informaron al ganadero José María González sobre el avistamiento de un ternero devorado. “No pensé en un principio que lo había matado el lobo, pero los agentes medioambientales certificaron que fue obra suya”, lamenta González, quien alega que el ejemplar pertenecía a un lote de 21 reses de la raza avileña. “Esta raza se defiende bien, no es mansa, pero ha ido al más débil”.
El ternero, de unos seis días, no ha sido la única pérdida a la que se tiene que enfrentar el ganadero ya que, a primeros de mes, el día 1, tuvo otro ataque a sus ovejas de las que el cánido mató doce. Otras cuatro no se encuentran. “Es la primera vez que mata esta manada por aquí a las reses, siempre ha sido a ovejas; antes estaba más al sur y, ahora, ha venido más al norte. Y no se va a quedar aquí, habrá más ataques porque le hemos visto a plena luz del día”, asevera el ganadero.
De hecho, se contabilizan entre Hinojosa, Sobradillo, La Fregeneda y Lumbrares más de 150 ovejas perdidas en lo que va de año. Asaja Salamanca insta a las administraciones a que pongan urgentemente un remedio a esta situación que padecen los ganaderos todos los días ya que, en esta zona del oeste de la provincia, el lobo ha encontrado su despensa particular.
González alude además a que, debido al ataque del 1 de octubre, tiene que encerrar a sus ovejas todas las noches “por el pánico que tienen a todo lo que se mueve”. “Es incomprensible que estén en extensivo y las tenga que encerrar cuando no estoy con ellas porque tienen miedo, van como perritos detrás de mí y, más de una vez, me han avisado los vecinos del pueblo porque estaban por allí. Y es que, si se mueve un pájaro o lo que sea, se escapan y van a Sobradillo”.
Esta organización pide encarecidamente que se compense a todos los ganaderos no sólo por las muertes de los ejemplares sino, también, por las desaparecidas, las heridas a las que hay que sanar y el lucro cesante; cuestiones que no se contemplan y que son obra del lobo. El ganadero calcula unos 3.000 euros de pérdidas durante este mes y la Junta de Castilla y León tan sólo le subsanará unos 1.800 euros.
Desde Asaja Salamanca se pide por enésima vez que amparen y resarzan a los ganaderos sobre todas las pérdidas que ocasiona la fauna salvaje y que se controlen las especies silvestres.
A los ataques de lobo se suman los de buitres casi a diario, ya que por falta de alimento matan a animales vivos que encuentran más indefensos. Los ganaderos, ante el desamparo de la Administración regional que no compensa los sucesos por buitre, no lo comunican a los agentes medioambientales.