Un socio de Asaja Salamanca, José Antonio Mayoral Hernández, ha sufrido el ataque del lobo el pasado fin de semana de lo que se califica una pérdida irreparable por su magnitud y por las pérdidas económicas que deja: más de 3.000 euros en un solo día. El lobo se ha cebado con su explotación de ovino en extensivo en la localidad de Barreras-Villasbuenas (situada entre Vitigudino y el parque Natural de Arribes del Duero, donde los cánidos campan, en la actualidad, a sus anchas).
El lobo ha dejado, de una partida de 220 ejemplares de churras y merinas, nueve ovejas muertas, nueve desaparecidas, 13 mordidas y, de momento, una decena de abortos (cifra que irá en aumento debido al malestar del ganado que se encuentra estresado y nervioso).“El domingo por la mañana, estábamos empacando y le dije a mis hijos que fueran a echar un ojo a las ovejas y se encontraron con una oveja colgada de una alambrada, atascada; buitres, comiéndose una de las muertas… una tragedia”, aseguró el afectado a esta organización.
El ataque que ha sufrido el ganadero no tiene comparación por la zona “pues, aunque hay sucesos constantes, matan a dos o tres ovejas”. “Sin embargo, estamos ya cansados y, cuando llamé a la patrulla del lobo, se presentaron rápidamente porque ya estarían por la zona, pero, además, vinieron vecinos de Saldeana en acción de protesta y los agentes se marcharon”. Y es que el lobo parece haber cambiado, este año, su zona de caza y, desde este invierno, no sale del círculo de Saldeana, Villasbuenas, Cabeza de Caballo, Zarza o Masueco; “cuando antes estaba al lado opuesto, por Abadengo, Boajo, Lumbrales…”, más al sur de la provincia.
Por la tarde, se volvió a presentar la patrulla del lobo acompañados por la Guardia Civil y certificaron “sin duda alguna”, según comentaron al ganadero, que el suceso había sido provocado por el cánido. “El expediente no está aún cerrado pues siguen muriendo ovejas; los ataques no se pasan en un día. De hecho, teníamos hechas ya las ecografías y, de 220, 150 iban a parir. En muchos casos, están teniendo abortos sanguíneos y eso deja estériles a las ovejas; no se van a volver a quedar preñadas. Y, si la Junta sólo va a valorar el coste de las muertas, iré mucho más lejos; a los tribunales si hace falta”, sentencia José Antonio Mayoral. “Así que, de momento, estoy esperando la resolución de la Junta, pues para denunciar aún tengo tiempo”.
El ganadero se muestra impertérrito por el suceso que ha conmocionado a toda la familia y vecinos: “La Junta deberá decidir si quiere ganaderos o lobo, porque la convivencia en extensivo es imposible. Y nosotros no podemos aguantar más; que nos jubile a todos con pensiones dignas y dejamos al lobo que campe a sus anchas por esta zona, porque ya no sabemos qué hacer con nuestro ganado”, lamenta.
Sin embargo, esta organización agraria pide encarecidamente a la Junta de Castilla y León que no llegue a ese extremo pues se perderían demasiadas explotaciones de ovino; lo que supondría consecuencias muy negativas para la economía de la provincia y una total dependencia de importaciones de terceros países, además de dejar a la provincia de Salamanca fuera del mercado.
Asaja Salamanca insta a la Administración a que contemple todos y cada uno de los gastos que ocasione el lobo, no sólo las ovejas muertas de ese día, sino también las desaparecidas, el lucro cesante, la falta de productividad, los gastos en veterinaria y todos los daños colaterales originados por los depredadores.
Desde esta organización, se pide, por enésima vez, que amparen y resarzan a los ganaderos sobre todas las pérdidas que ocasiona la fauna salvaje y que se controlen las especies silvestres. A los ataques de lobo, se suman los de buitres casi a diario, ya que por falta de alimento matan a animales vivos que encuentran más indefensos.