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sábado, abril 27, 2024
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El consumo de lácteos se estanca en España y se refugia en la marca blanca

Las importaciones de quesos de bajo valor añadido procedentes del norte de Europa ganan posiciones en los lineales y en la cesta de la compra, lo que pone en jaque a todo el sector

La Federación Nacional de Industrial Lácteas (FeNIL) ha presentado la tercera edición del Barómetro del sector lácteo, que difunde los datos más relevantes del sector de manera periódica. En esta entrega se ha reflejado un estancamiento en el consumo de alimentos lácteos en España, mientras que crecen las importaciones y se dispara el consumo de alimentos lácteos de marca del distribuidor.

En el año 2023 se consumieron un total de 4.233 millones de toneladas de leche y lácteos en los hogares españoles, lo que representa un aumento del 0,16% respecto al año anterior. Las ventas totales crecieron en valor por el aumento de precios, pero el cambio que se está produciendo en los patrones de consumo preocupa al sector.

El volumen de ventas de yogures y postres cayó un 3,1%; los batidos bajaron un 2,5%; la leche líquida experimentó una subida del 1,8%; el conjunto de quesos creció un 1,1%, y el volumen de las ventas de queso tradicional español cayó por encima del 3%.

Los consumidores se refugian en la marca blanca

La crisis inflacionaria de la Unión Europea y España desde 2022 ha convertido a la marca blanca (o marca de distribuidor) en un refugio para los consumidores, ya que su cuota de mercado ya supera a las marcas de fabricante en volumen. El año pasado, los productos de leche líquida clásica de marca blanca obtuvieron una cuota del 58% y la de yogures y quesos llegó a rozar el 70%.

En el 2023 se comercializaron un total de 890.000 toneladas de leche y lácteos en España provenientes del extranjero, alcanzando así la cifra más alta de los últimos diez años y superando con creces las 510.000 exportadas por las industrias nacionales.

España solía importar leche cruda como materia prima para su industria láctea en el pasado. En la actualidad, las importaciones se centran en productos terminados de bajo valor añadido, como quesos procedentes de Alemania o de Países Bajos.

El sector quesero nacional, que está formado por un gran tejido de medianas y pequeñas empresas familiares, está observando cómo está en peligro por ser expulsado del lineal de las grandes superficies y de los mercados de exportación.

El consumo de quesos en general creció en torno al 1% el año pasado. Aumentaron las ventas de queso importado, entre los que se incluyen los rallados y fundidos, mientas que las de quesos tradicionales y frescos cayeron.

Competitividad para sobrevivir

“La industria láctea española, y más aún la PYME, afronta momentos de gran incertidumbre, pues ha asumido la mayor parte del incremento de los costes de producción derivado de la crisis inflacionaria (energía, transporte, materias primas, etc.). Aunque se vislumbra una estabilización de ciertos costes, algunos de ellos persisten en niveles más altos que en el resto de la Unión Europea”, expresa el director general de FeNIL, Luis Calabozo. “Desde el inicio de la crisis de costes en 2022, la industria láctea ha desempeñado un papel crucial como estabilizador de los precios al consumidor”, añade.

“La competitividad es un factor fundamental para no destruir tejido ganadero e industrial. Las cifras muestran que los precios récord pagados a los ganaderos de oveja y cabra por su leche, lejos de estimular la producción, están produciendo un efecto opuesto. Nuestros quesos están dejando de ser competitivos y están siendo sustituidos por importaciones de bajo valor añadido, acumulándose grandes stocks de queso nacional que obligan a reducir su ritmo de fabricación y, en consecuencia, a que haya una menor necesidad de leche por parte de las queserías”, señala Calabozo.

Consumir lácteos nacionales como apoyo al sector

Según las recomendaciones de las autoridades sanitarias y de nutrición, la pauta idónea de consumo de lácteos está fijada en tres raciones de lácteos al día, incluso cuatro en algunas etapas de la vida.

El director de FeNIL también ha señalado que es fundamental que los consumidores opten por lácteos elaborados en España y que se reconozca el valor que hay detrás de cada vaso de leche, yogur o trozo de queso, para que todos los eslabones reciban un precio acorde a su labor en la cadena. “Al respaldar hoy a nuestro sector productor y transformador eligiendo lácteos españoles, estamos preservando nuestra cultura e identidad gastronómica y apoyamos la economía de las zonas rurales”, concluye.

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