La producción de boniato ha experimentado un crecimiento exponencial en la última década debido a la fuerte demanda del mercado, especialmente para la exportación. Si en 2014 en España se producían menos de 19.000 toneladas de boniato con una ocupación de menos de 900 hectáreas, estas cifras se han disparado en 2022 con más de 78.000 toneladas y más de 2.600 hectáreas de plantación. En Andalucía, está considerado como uno de los ‘tubérculos estrella’, con una ocupación de aproximadamente de más de 1.700 hectáreas y una producción de más de 52.000 toneladas.
Las condiciones ideales para su cultivo incluyen una temperatura suave, pero que no baje de 15 grados incluso por la noche, durante el periodo de crecimiento, un ambiente húmedo y una buena luminosidad, con una plantación que se realiza generalmente entre los meses de abril y mayo, aunque en climas más cálidos puede extenderse a cualquier época del año, siempre y cuando se realice durante la estación seca con riegos abundantes.
Es crucial mantener los suelos húmedos durante la plantación y las primeras fases del cultivo para favorecer el enraizamiento, aunque una humedad excesiva puede resultar perjudicial.
Cinco o seis meses después de la plantación, los boniatos están listos para la recolección, un proceso que normalmente ocurre entre octubre y noviembre y que suele ser un trabajo manual o con el mismo tipo de maquinaria que se utiliza para la recolección de otros tubérculos, como la patata, proceso que comienza con una segadora para cortar las hojas, seguido de la preparación del terreno y una recolección manual cuidadosa debido a la fina piel del tubérculo.
Aunque el boniato requiere pocos tratamientos durante su corto ciclo de cultivo, es necesario un abonado previo ligero, análisis constantes y la aplicación de potasa y calcio para mantener la planta en buen estado. Además, en Andalucía es crucial proteger las plantas de los fríos vientos de poniente, que pueden destruirlas.
Al mismo tiempo, el cultivo del boniato se enfrenta a diversas amenazas de plagas y enfermedades. Entre ellas se encuentran el gusano del alambre, que daña severamente las raíces; la rosquilla negra, especialmente activa en el litoral mediterráneo a partir de junio; pulgones, ácaros y nematodos del suelo, que producen quistes y lesiones. Enfermedades como el Fusarium oxysporum y el virus del mosaico también pueden afectar gravemente a las plantas. Condiciones climáticas adversas como heladas y encharcamientos, así como malas prácticas de conservación, pueden provocar pérdidas significativas en las cosechas.
Juan Antonio Sánchez González, director Comercial de Frusana, señala que: “el boniato andaluz tiene diversos destinos, incluyendo la industria alimentaria para la elaboración de potitos por su alto contenido nutricional y como producto congelado para su exportación a Francia y Bélgica como destinos principales. También se distribuye como producto fresco en supermercados nacionales e internacionales, con una demanda creciente en los últimos años sobre todo en la parte nacional. Los mercados nacionales, como Madrid y Barcelona, así como ciertas exportaciones a Francia, también son importantes destinos para este cultivo”.
La producción de boniato en Andalucía se reducirá aproximadamente a la mitad en 2024, en comparación con 2023. Juan Antonio Sánchez, explica que esta situación se debe a problemas de riego y a las condiciones climáticas adversas de la primavera de 2024, con temperaturas inusualmente bajas y cambios bruscos del clima, que han afectado negativamente a la producción.
El inicio de un cultivo propio en Castilla y León
Patatas Meléndez obtiene la mayor parte de su boniato de Sanlúcar de Barrameda, donde se encuentra localizada tanto la producción como los productores asociados. Esta región, conocida por su un clima favorable y un suelo arcilloso para el cultivo de boniato, ha proporciona a la empresa 3.000 toneladas en 2023. Sin embargo, para satisfacer completamente la demanda del sector retail, un pequeño porcentaje del boniato es importado directamente de Estados Unidos.
Mario Olano Rey, Jefe de Producto de Patatas Meléndez, explica que: “Llevamos más de 10 años demandando boniato. Inicialmente lo incluimos como un complemento a nuestra selección de productos, pero ahora se ha convertido en un producto propio con una demanda creciente. Aunque en Castilla y León no se cultiva boniato debido a las condiciones climáticas entre otros detalles, la creciente demanda del sector retail, especialmente de productos como la gama microondable, nos ha llevado a considerar el cultivo propio este año 2024”
Un superalimento al alza
El boniato está considerado como un súper alimento como otras frutas u hortalizas de la misma categoría como el aguacate, el brócoli, la avena o el pomelo, ya que es una excelente fuente de nutrientes esenciales como las vitaminas A y C, que ayudan a mantener una piel saludable, una visión aguda y un sistema inmunológico fuerte.
Además, el boniato es una excelente fuente de fibra dietética, lo que contribuye a la salud digestiva y a la regulación del azúcar en la sangre. Su bajo índice glucémico lo convierte en una opción ideal para personas con diabetes o aquellos que buscan mantener estables sus niveles de glucosa.
Aunque en España, el consumo de boniato aún es reducido, al menos por la parte de producto fresco y en comparación a otros cultivos, la demanda tanto nacional como internacional está creciendo gracias a esta reputación de fuente completa de vitaminas.