El final de la campaña del girasol ha culminado con una reducción de la superficie de este cultivo en la provincia de Córdoba del 7,5 por ciento con relación a la campaña anterior, produciéndose así un descenso continuado en los últimos años.
En esta campaña 2023-2024, la superficie de este cultivo en Córdoba es de 23.635 hectáreas, frente a las 25.080 hectáreas de 2022-2023, siendo la tercera provincia andaluza con mayor superficie, por detrás de Sevilla y Cádiz. En comparación con la última década, el cultivo ha caído en más del 35% en la provincia.
Sin embargo, los rendimientos medios en la provincia de Córdoba rondan los 1300kg/hectáreas de media, lo que supone un leve una subida de producción en comparación con los últimos cinco años.
Este año la climatología ha acompañado al cultivo y se sembró en fecha. Por ello, las más tempranas se han cosechado con mejores rendimientos que las más tardías, que se realizaron después de las lluvias primaverales viéndose mermadas en producción con rendimientos más bajos.
No obstante, los rendimientos grasos han sido muy bajos y un gran número de explotaciones no han alcanzado los rendimientos mínimos requeridos por la industria, lo que implica reducciones en las cotizaciones por penalizaciones según los criterios establecidos.
Esto, junto con las bajas cotizaciones de partida, que apenas llegan en campaña a los 412 €/tn en girasol linoleico 9-2-44 y 435€/tn en los altos oleicos, hace que “el agricultor no encuentre atractivo en sembrar las siguientes campañas por la nula rentabilidad del cultivo, al no cubrir los gastos de producción”, indica Fernando Adell, presidente de Asaja Córdoba.
Adell, ha explicado que la bajada en la superficie es consecuencia de la escasa rentabilidad del girasol que “pone en peligro la continuidad del cultivo por el bajo valor de los ingresos en la venta de la cosecha, pues está por debajo de los costes de producción”.