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jueves, diciembre 5, 2024
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La densidad de siembra, determinante en la cosecha de girasol

José Antonio Blanco, delegado Acesur y Gerente de Semillas Blanco S.L.
Los ensayos en el sur de Francia ponen de manifiesto que para una producción óptima hay que sembrar entre 65.000 y 70.000 semillas por hectárea. La cantidad de kilos y el porcentaje de grasa mejoran con una sementera realizada con un marco adecuado
La preparación del suelo, fecha de siembra, el buen uso del herbicida y la densidad de siembra son factores fundamentales para obtener una buena cosecha en girasol. Me centraré en la densidad de siembra, ya es este un factor al que probablemente no le demos la importancia que se merece.

Gracias a la experiencia en el cultivo, y a un estudio muy bien llevado a cabo por Cetiom (Centro Técnico Interprofesional de Semillas Oleaginosas Metropolitano) en el sur de Francia durante varios años y con 160 ensayos, se ha podido determinar que la densidad de planta más adecuada para optimizar la producción es de 65.000 a 75.000 semillas de siembra por hectárea, teniendo en cuenta que siempre hay perdida de semillas por distintos motivos: pájaros, gusano gris, corteza de suelo, etc.

El número de plantas reales en cosecha tienen una reducción muchas veces muy importante, con pérdidas de entre el 5 y el 20%. Los ensayos comparan la producción de kilos y el contenido graso con distintas densidades de plantas. También contempla las diferencias del cultivo con una implantación correcta y regular frente a una mala implantación e irregular.

Lo curioso del ensayo es que no solo conseguimos más producción en kilos, sino que además logramos un aumento en el contenido graso muy significativo, llegando a diferencias hasta un 3,2% en grasa si comparamos las condiciones más desfavorables con las más favorables. Este sería el caso de una implantación irregular y escasa frente a una implantación regular y con un una densidad de planta elevada. Lógicamente, las comparaciones se hacen con la misma variedad de girasol.

Si nos fijamos en las medias de producción, que es lo más razonable, vemos una diferencia de 240 kilos más por hectárea y un 1,7% más en contenido graso. Si hacemos la conversión de estos datos en euros por hectárea, se consigue un incremento económico de 92,44 euros.

Estamos hablando del sur de Francia, con unas condiciones pluviométricas mucho mejores que las nuestras, por lo que este marco de siembra de 65.000 a 75.000 plantas hectárea nos valdría para zonas como la Bureba o secanos muy frescos. Para secanos más áridos como los de Tierra de Campos, por ejemplo, la densidad correcta sería de 55.000 a 65.000 semillas por hectárea. El incremento económico, en estas comarcas, podría rondar los 50 euros por hectárea, una cantidad más que suficiente para sufragar los gastos de semilla.

Así, la conclusión más evidente a la que llegamos es que intentar abaratar costes con el ahorro de semillas por hectárea nos puede salir muy caro. Un marco correcto y generoso en plantas no solo nos da más kilos, sino que también supone más calidad. Y, lógicamente, más dinero.

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