Ricardo Ortega
El alza de precios de la electricidad y los combustibles elevó la inflación en el mes de septiembre, mes que acabó con un repunte del 3,5%.
El dato no es “nada positivo” para los analistas y hace que los mercados se muestren especialmente sensibles ante cualquier fenómeno que altere los precios.
Por eso preocupa la nueva escalada bélica en Oriente Medio, que además de segar numerosas vidas puede tener efectos muy tangibles para la economía global.
Iván Álvarez, de Asegrain, apunta que por el momento el mercado “no ha tomado una posición al respecto” de la nueva escalada bélica en oriente Medio.
“Es de suponer que, si el conflicto toma escala mundial y el barril de petróleo sube de precio, los cereales podrán subir también” por ser dos productos de evolución estrechamente vinculada.
El pasado lunes el valor del Brent se incrementó un 4,2 % hasta los 88,15 dólares por barril y el West Texas Intermediate (WTI) un 4,3 % hasta los 86,38 dólares.
Los inversores se han visto guiados por el temor a que el conflicto repercuta en la geopolítica mundial, habida cuenta de que varios países productores de petróleo han prestado apoyo a Hamás.
Entre ellos Irán, que niega estar involucrado en el ataque del sábado 7 de octubre, pero que posee fuertes vínculos con dos organizaciones terroristas implicadas en el conflicto: Hamás y Hezbolá.
Como consecuencia, EEUU podría imponer nuevas sanciones económicas contra Teherán tras un periodo en el que había relajado su aplicación para calmar los mercados petroleros y favorecer el incremento de la oferta tras la invasión de Ucrania, el 24 de febrero de 2022.
Irán es el cuarto productor de la OPEP y este choque se produce tras el acuerdo de septiembre en el seno de la organización de productores de recortar la producción, una decisión encabezada por Rusia y Arabia Saudí.
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Imagen: Ecrusized
