Alfonso Palomo
El escenario de precios se ve sometido a oscilaciones fruto del ‘weather market’, como se denomina a la evolución del mercado como consecuencia de las previsiones meteorológicas. Tras semanas de bajadas, se han encadenado varios días de pantallas en verde porque los fondos van tomando posiciones a corto.
España está ante una campaña de comercialización muy marcada por las importaciones, que afectarán al conjunto de las lonjas. Una tendencia a la baja puede pillar a contrapié a aquel agricultor que, ante la mala previsión de cosecha, había optado por retener el grano; un stock que vendrá a sumarse a la producción de este año.
Menor producción en España en este 2023, pero con unos precios que hasta la fecha no remontan; los datos de cosecha a nivel mundial se pueden traducir en abundancia de materias primas y nuestro país deberá importar cerca de 25 millones de toneladas entre cereal y proteaginosas, además de proteínas como harina de soja, girasol y colza.
Todo ello mientras contemplamos una importante reducción en el consumo de piensos compuestos en el conjunto de la Unión Europea.
En esta realidad desempeñan un papel no menor las exigencias sanitarias en materia de alimentación animal, los focos de peste porcina en diferentes puntos del Viejo Continente y la prohibición de óxido de zinc en los alimentos destinados a ganado porcino.