Miguel Barcenilla
En 2022 España cubría el 24,1% de la exportación mundial de críticos con Europa y Norteamérica como principales importadores, seguidos de cerca por Asia. Con una producción nacional de casi 6 millones de toneladas, la Comunidad Valenciana se sitúa a la cabeza nacional con una cosecha de casi 3 millones, con Andalucía en un segundo puesto con casi 2 millones de toneladas.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha estimado una producción citrícola en España de 5,842 millones de toneladas para la campaña 2024/2025, comenzada el 1 de septiembre. Esta cifra representa una disminución del 1% en comparación con la campaña anterior y un 8,6% por debajo del promedio de los últimos cinco años, atribuida principalmente a la sequía persistente y el calor excesivo durante el desarrollo de los cítricos.
Aunque es cierto que las previsiones varían según el tipo de cítrico: la producción de naranjas podría aumentar un 8,8% respecto a la campaña pasada, aunque sigue siendo inferior al promedio histórico, mientras que la de limones podría disminuir un 20,5% después del récord anterior. Los pequeños cítricos también experimentarán una reducción, mientras que el pomelo podría tener una ligera mejora y se espera una campaña récord para este fruto.
El sector citrícola español tiene una gran importancia en el sector agroalimentario en su conjunto e incide de manera directa en las economías rurales de las zonas de producción. España es el primer productor de cítricos de la Unión Europea y sexto del mundo, con un valor medio de la producción exportada de 3.100 millones de euros por campaña, cifra que se podría superar en la temporada 2024/2025.
En la Comunidad Valenciana el inicio de la campaña citrícola 2024/25 se caracteriza por una oferta reducida, tanto local como de importaciones, lo que afecta las primeras compras en el campo. La Lonja de Cítricos de Valencia ha comenzado su temporada con precios en origen similares a los del año pasado, ajustados para compensar la disminución de la producción debido a la sequía y el impacto de las plagas.
Según la Lonja de Cítricos de Valencia, los primeros contratos establecen cotizaciones en línea con la misma fecha de la pasada temporada para las variedades extratempranas: 0,28 euros por kilo (€/kg) sin IVA incluido de precio medio en las mandarinas Okitsu, 0,255 €/kg en Owari, 0,53 €/kg en Clemenrubí y Orogrós, 0,6 €/kg en Oronules, 0,35 €/kg en Marisol y 0,425 €/kg en Arrufatina.
En cuanto a las variedades mayoritarias, de maduración posterior, los precios en origen son ligeramente superiores respecto a estas alturas de la campaña anterior: la clemenules cotiza a 0,415 €/kg (hay contratos hasta a 0,48 €/kg) cuando hace un año estaba en 0,385 €/kg y la navelina se paga a 0,29 €/kg (con precio máximo de 0,36 €/kg) frente a los 0,253 €/kg de septiembre de 2023.
La Asociación Valenciana de Agricultores (Ava-Asaja) ha expresado su preocupación por el aumento en los costes de producción, que se han disparado debido al estrés hídrico y los problemas para combatir las plagas. La disminución en la cantidad de importaciones, especialmente de Sudáfrica, también se enfrenta a problemas climáticos y logísticos, lo que contribuye a esta situación.
Desafíos en varios frentes
En agosto, se registraron 26 rechazos de cítricos importados en la Unión Europea debido a la presencia de plagas o enfermedades de cuarentena como la araña Banksi y el Trips sudafricano. La organización La Unió ha pedido la ejecución urgente del tratamiento de frío para los cítricos de países que no puedan garantizar la seguridad sanitaria de sus envíos, como Turquía, Egipto y varios países sudamericanos.
Además, los productores de cítricos se enfrentan a un aumento del 40% en los costes de producción debido a plagas introducidas en los últimos años. Carles Peris, secretario general de La Unió, ha subrayado que cada nueva plaga representa una gran carga económica y ha pedido que la Unión Europea adopte medidas estrictas y urgentes para proteger la citricultura europea.
Por su parte, Intercitrus, la Interprofesional del sector citrícola español, planea presentar un nuevo plan de trabajo al Ministerio de Agricultura, abordando cuestiones como la falta de confianza en las importaciones de cítricos y la creciente pérdida de competitividad. La interprofesional también se enfrentará a un desafío importante en la OMC, donde Sudáfrica cuestiona las regulaciones de la UE para prevenir plagas.
Al mismo tiempo, el consumo de naranjas y mandarinas en España ha disminuido notablemente en la última década, alcanzando un promedio de solo 11,88 kilos por persona al año en 2023, una caída drástica desde más de 21 kilos en 2013, incluso cuando la naranja es un producto kilómetro cero. Este descenso es aún más pronunciado en Andalucía, la principal región productora de naranjas, donde el consumo se sitúa en 10,82 kilos por persona al año.
Según Asaja-Andalucía, la falta de una organización interprofesional que respalde su consumo ha llevado a esta situación. Por ello, se plantea la necesidad de establecer una Interprofesional andaluza de cítricos, similar a la que ya existe del limón, que fomente campañas de promoción para generar un nuevo interés por estos productos a nivel nacional e internacional.
En el ámbito de las indemnizaciones, en los últimos cuatro años se han alcanzado los 285 millones de euros, con el pedrisco como el mayor causante de daños. Para 2024/25, la producción asegurada ya está cerca de cifras similares a la anterior campaña.