Las organizaciones agrarias se muestran satisfechas tras la reunión mantenida el miércoles con el director general de Biodiversidad, Bosques y Desertificación del Miteco, Jorge Marquínez, ya que supone un giro de 180 grados en la postura del Gobierno en torno al nuevo marco regulatorio sobre la gestión del lobo. Tal y como habían reclamado las tres principales organizaciones agrarias en las calles y en los despachos, ministerio de Transición Ecológica, comunidades autónomas y representantes de los ganaderos, negociarán desde cero un nuevo plan de gestión y control del lobo que garantice la coexistencia de con la ganadería extensiva.
Además, durante el encuentro los altos cargos del Miteco se comprometieron a vincular la entrada en vigor de la orden que incorpora al lobo en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) a la elaboración previa de la nueva estrategia nacional de gestión del lobo, que deberá ser aprobada por unanimidad.
Asaja, COAG y UPA han reiterado al Miteco que este proceso deberá partir de un análisis actualizado del número real de manadas y ejemplares que existen en España y recoger un paquete de medidas concretas para facilitar la coexistencia del lobo con la ganadería: control poblacional, ayudas para implementar medidas de prevención y compensaciones públicas frente a los daños, al margen del presupuesto de la PAC.
La ganadería extensiva ha constituido tradicionalmente una actividad esencial para el mantenimiento del medio ambiente y de forma especial en las áreas de montaña. Generadora de empleos y economía, la ganadería extensiva y el mantenimiento de razas autóctonas ha resultado fundamental en la gestión de los recursos y la ordenación del territorio, habiendo contribuido de forma determinante a la conformación del legado natural y la biodiversidad.