Las recomendaciones son las mismas para el conjunto de la zona norte, ya que las que tienen un buen comportamiento en una provincia lo tendrán también en otra. De hecho, “si deseamos conocer las mejores variedades para, por ejemplo, la provincia de León, es mejor contar con los resultados de tres años en cinco campos de ensayo de la comunidad que exclusivamente de esa provincia: aportaría menos datos y sería de menor utilidad para el agricultor”, apunta José Antonio Centeno.
Además del IEA, Aimcra también tiene en cuenta el dato de la calidad industrial. De hecho, muchas veces una variedad que iba a incorporarse al listado de las recomendadas no llega a entrar por no dar el tipo en este capítulo. “Esto es así porque las recomendaciones deben ser adecuadas tanto para el agricultor como para la industria”, apunta Centeno.
Por parte de ACOR, su recomendación de variedades para 2016 supone una noticia esperada por los cooperativistas pero que atañe al conjunto del sector: las tablas especifican el grado de tolerancia a la rizomanía, así como la diferente tolerancia o resistencia al nematodo de quiste.
Las recomendaciones publicadas hacen referencia a parámetros como el vigor, que es el crecimiento de la planta a los quince días del primer riego. También reflejan la nascencia real, relativa a la que se ha producido pasados 45 días de ese primer riego, un periodo considerado suficiente para que hayan emergido todas las plantas que van a nacer ese año. Respecto a la producción, las recomendaciones de la cooperativa reflejan el peso, la polarización y el azúcar.
Con carácter general, las variedades recomendadas tienen un buen comportamiento en el caso de no haber un ataque fuerte de estas plagas y enfermedades, por lo que ACOR recomienda su empleo en cualquier caso. Las investigaciones realizadas revelan que la genética mejora de año en año.