El secretario general de Agricultura y Alimentación, Fernando Miranda, ha participado en Bruselas en la primera reunión del Grupo de Alto Nivel de la Unión Europea que examina la situación del sector del azúcar, donde ha transmitido la apuesta decidida del Gobierno de España por el mantenimiento del cultivo de la remolacha, ya que genera una importante actividad económica y empleo en las zonas donde se produce.
A lo largo de la reunión se ha evaluado el resultado de la reestructuración producida en este sector desde la desaparición del sistema de cuotas en 2006. Sobre la base de un cuestionario elaborado por la Comisión, las distintas delegaciones han expuesto cuál ha sido el impacto de dicho proceso en sus respectivos países, así como las principales preocupaciones del sector y las políticas aplicadas en los diferentes Estados miembros.
En concreto, ha debatido sobre las relaciones contractuales e interprofesionales entre las industrias y los agricultores, así como sobre las herramientas de gestión de riesgos y de gestión de mercados, y los apoyos específicos de los que dispone el sector en algunos Estados miembros de la Unión a través de pagos acoplados.
También se han examinado las cuestiones relacionadas con los mercados internacionales, así como con la necesidad de más transparencia en la información del sector, o del análisis del reparto del valor a lo largo de la cadena hasta el consumidor final.
Apuesta de España por el sector
En su intervención, el secretario general ha presentado el resultado del importante proceso de restructuración del sector español, y las particularidades del cultivo de remolacha en España, muy tecnificado y vinculado al regadío, lo que hace que los costes sean más elevados, si bien los rendimientos en nuestro país son los más altos del continente.
Asimismo, Miranda ha subrayado la importancia de apoyar el mantenimiento de la industria transformadora, para contribuir de esta manera a evitar el despoblamiento de determinadas zonas del medio rural español.
Para ello, España cuenta con una serie de instrumentos, como son los pagos vinculados a la producción que, según Miranda, no deben ser cuestionados ya que son esenciales para el mantenimiento del tejido productivo en nuestro país.
También ha incidido en la necesidad de apostar por el fortalecimiento del poder de negociación de los agricultores, a través de acuerdos interprofesionales equilibrados y estables, de forma que se asegure una renta suficiente a los cultivadores que fortalezca el tejido productivo.
Por otra parte, el secretario general ha resaltado la necesidad de apoyar la innovación y a la modernización para afrontar los retos del sector, como son los derivados de las restricciones del uso de materias activas para los productores europeos, que no se dan en otros países, y de los costes energéticos.
También ha apuntado en la necesidad de examinar la situación en los mercados internacionales y, si es necesario, revisar los actuales acuerdos de la Unión en relación con el azúcar. De igual forma, considera fundamental profundizar en la transparencia y en la información para paliar la volatilidad del mercado de este producto.
Finalmente, Miranda ha expresado la conveniencia de que el análisis de la situación y del futuro del sector se realice no solo en términos de rentabilidad y eficiencia, sino también bajo una perspectiva social que tenga en consideración la creación de empleo y la fijación de población en el medio rural. La producción de remolacha en España debe ser mantenida por su importante contribución en los territorios en los que se localiza, todo ello en una perspectiva a medio y largo plazo.