Edu Mongil
La campaña de recogida de la remolacha ya está muy cerca de terminar en casi todas las zonas, pero las primeras lluvias de este año 2024 han complicado las labores de cosecha más tardías.
El frente de precipitaciones que azota la Península ha provocado que en Toro se hayan parado los trabajos, tal y como cuenta Salomé Santos, directora del área agrícola de Azucarera. “Hemos tenido que ir más despacio por la lluvia, y la previsión es que los arranques puedan durar un par de semanas más como mínimo”, indica. Si se alargase la cosecha por encima de este plazo, la molturación tendría que hacerse en la planta que la operadora tiene en La Bañeza.
Respecto a las dudas que pudiera haber respecto a la sanidad del cultivo, después de la prohibición del uso de neonicotinoides, la responsable de Azucarera asegura que el estado es “muy bueno, sin casi incidencia de cercospora”, y que esperan una alta producción en kilos. Azucarera cuenta en esta campaña de recogida con una superficie de 17.100 hectáreas, un 75% más, que en la campaña anterior.
Sin embargo, el producto recogido presenta unos niveles de sacarosa por debajo de la media. “No hay explicación clara de la baja polarización, pero creemos que es por el cambio climático. Por ejemplo, las temperaturas nocturnas fueron muy altas en otoño”, comenta la directora. La riqueza obtenida no alcanza el 16%, un punto y medio por debajo de lo habitual.
Según indica Santos, AIMCRA, el servicio de investigación de Azucarera, ya ha llevado a cabo analíticas para encontrar la causa de este problema y poder desarrollar semillas que se adapten mejor a climas más cálidos.