La Rexor 620 de Grimme es la primera cosechadora autopropulsada de España que extrae la raíz mediante discos oppel, que sacan el producto sin dañarlo y con menos cantidad de tierra. Otros modelos sacan la remolacha en reja, por presión, y la Rexor 620 lo hace “por medio de discos activos”, que giran a más velocidad de lo que avanza la máquina, de modo que la raíz “sale en vertical, mucho mejor tratada”, señala.
Destaca el elevado grado de desarrollo tecnológico aplicado a este modelo, con innumerables detalles “que garantizan el buen funcionamiento”. “Se nota que las mejoras de esta máquina son fruto de mucho estudio y mucho trabajo -apunta-, tanto en el aspecto hidráulico como electrónico”.
Carlos Pérez advierte de que la remolacha es un cultivo con futuro, pese a las dudas, y su umbral de rentabilidad se sitúa en torno a las 500 hectáreas. Este año su empresa, en la que trabaja junto a un socio y dos empleados, cubrirá unas 600 hectáreas.
La Rexor 620 “tiene una ventaja muy importante por el bajo mantenimiento que requiere en comparación con otras máquinas de remolacha”, fruto del sistema de arrancado mediante disco, “que hace que la máquina no vibre”. Al mismo tiempo, “el cambio de piezas es extraordinariamente sencillo”, lo que ahorra tiempo y dinero.
La Rexor 620 es una de las más eficientes cosechadoras de remolacha de seis surcos y supone un hito en cuanto ahorro en el consumo de combustible y desgaste. La unidad compacta, compuesta de peladora y descoronador, es guiada en altura por siete ruedas metálicas. Asimismo, el desplazamiento lateral de 40 milímetros a derecha e izquierda permite cosechar sin pérdidas, aun con líneas sembradas de forma desigual.
La campaña que se inicia ahora estará marcada por las grandes diferencias en el desarrollo de la planta, con unas parcelas que se arrancan ahora y otras a las que aún falta un mes de desarrollo. Eso sí, Carlos afronta la temporada “con optimismo, tanto por el futuro del cultivo como por la respuesta que estoy encontrando en el agricultor remolachero, muy satisfecho de ver el potencial de la Rexor 620”. Es la forma de trabajar propia de alguien que lleva “treinta años con algunos clientes, incluidas explotaciones en las que se jubila el padre y transfiere la actividad al hijo”. Sus pedidos le llegan tanto por agricultores de ACOR como de Azucarera, e incluso este año recogerá la remolacha de diferentes parcelas de la propia multinacional británica. Ello le permite dar por bueno el compromiso de la industria con el cultivo, aunque “hace falta que se implique más”, advierte.