agricultores y por el nivel de cualificación obtenido por técnicos y empresas de insumos
El sector azucarero en España ha sido objeto de una fuerte reestructuración y el cultivo de la remolacha ha sufrido una dura corrección en su superficie. Si a esto unimos que las producciones de azúcar por hectárea son cada vez mayores, la superficie sembrada ha disminuido a un ritmo mayor.
El cultivo tecnificado con semilla de calidad
La calidad actual de la semilla es fruto de un largo y exitoso empeño en investigación. Sin ella, no hubiera sido posible el grado de tecnificación del cultivo de la remolacha, ni los niveles de producción alcanzados.
De la semilla multigermen con selección y producción masal se ha llegado a semillas de remolacha híbridas monogermen genéticas, pildoradas con fungicidas e insecticidas incorporados y con vigor germinativo que roza el 100%.
Además de los fungicidas que protegen la semilla y la joven plántula se incorpora con el pildorado un insecticida neonicotinoide que transmite en la planta por traslocación sistémica (de la raíz hacia la planta por la savia); es mucho más seguro para el utilizador, inocuo para el medio ambiente y suponen un enorme avance tecnológico respecto de los tratamientos aéreos convencionales. Desde su utilización, la amarillez virótica ha desaparecido de los campos de remolacha.
El proceso de activación Start-Up es un añadido a la calidad de gran importancia que garantiza la rapidez y homogeneidad de la nascencia, muy valoradas por los cultivadores en las primeras fases de cultivo y que también contribuyen al avance técnico y de las producciones.
Elección de la variedad
La elección de la variedad por tipo de terreno, fechas de siembra y arranque va perdiendo vigencia; aunque tiene su importancia, realmente no se ensayan variedades ni se interpretan resultados en función de estos criterios y la experiencia agricultor se ve superada por la aparición continua de nuevas variedades comerciales.
Un criterio recomendable a la hora de elegir entre dos variedades de características similares es la estabilidad en los resultados de los tres años de ensayos, que se utilizan para la recomendación; los resultados muy dispares no son una buena señal. No hay que renunciar a introducir las novedades, pero conviene dar más importancia, por ser más fiable, el resultado de los ensayos en los años en que la variedad ya se ha comercializado; en este caso coincide con la que utiliza el agricultor.
Rizomanía
En su momento la rizomanía puso en riesgo el cultivo y era determinante elegir la variedad tolerante a rizomanía; en la actualidad todas las variedades lo son y, además, incorporan genéticamente otras tolerancias para circunstancias especiales.
Nematodos
Actualmente no hay razón para una pérdida de cosecha por el daño de los nematodos de quiste ‘heterodera’: las variedades tolerantes son Flex-Field y aseguran un buen resultado, haya o no nematodos. Ante la mínima sospecha por el historial de la parcela o la evidencia por los análisis, no merece la pena correr riesgos, pues la evolución de la población de nematodos en el cultivo de remolacha, aunque imprevisible, siempre es importante.
Rizoctonia
Se detecta fácilmente cuando aparece y cómo se propaga; aunque a veces puede sorprender su presencia, los factores de riesgo han sido ampliamente estudiados y son conocidos. El problema hasta ahora estaba en el nivel de riesgo aceptado antes de utilizar una variedad tolerante, ya que éstas suponían una pérdida de rendimiento. Las variedades actuales han solucionado el antagonismo producción/resistencia.
Cercospora
La incidencia económica no es fácil de evaluar por el agricultor, pero la pérdida de cosecha es segura y en algunos casos muy importante. Este problema ya es recurrente y está valorado el comportamiento de las variedades comerciales ante la cercospora. Elegir una variedad tolerante es lo más recomendable.