Gonzaga H. Zaballos, director comercial de remolacha y centeno de KWS
La producción de azúcar y el cultivo de la remolacha azucarera se enfrentan en los próximos años a una liberalización del sector que hará que tengamos que competir contra productores de azúcar cercanos a nuestro país y productores de gran peso en el mercado internacional. Tenemos que ser conscientes que estamos preparados y en muy buena disposición para afrontar este reto.
Desde el punto de vista agronómico, tenemos todas las herramientas para hacer del cultivo de la remolacha azucarera en España una alternativa rentable y competitiva. La firma del Acuerdo Marco Interprofesional entre Azucarera y las organizaciones profesionales y el compromiso de ACOR con sus socios hacen que los remolacheros españoles tengan una estabilidad en el precio del cultivo que ningún otro país tiene en estos momentos.
Desde el punto de vista agronómico, tampoco estamos exentos de retos. Cada año nos encontramos diferentes dificultades que son superadas con el buen hacer de los remolacheros, que con su dedicación, esfuerzo y conocimiento, consiguen cada año poner nuestra región en lo más alto de los rendimientos mundiales.
Una herramienta más que cada remolachero tiene en su mano para solventar los obstáculos que se nos pueden presentar en el camino, son las variedades de semilla recomendadas tanto por Aimcra como por ACOR. Cada año se ofrecen mejores variedades, más productivas, con más calidad y sobre todo con mejores tolerancias frente a las diferentes enfermedades.
Lamentablemente, estamos observando que las enfermedades también evolucionan e intentan romper las tolerancias que hoy en día tenemos en nuestra mano. Un ejemplo es la rizomanía; una enfermedad que estuvo a punto de acabar con el cultivo en los años 90, pero que gracias a la tolerancia genética está prácticamente olvidada.
Solución a la rizomanía
Desde hace unos años, y especialmente el pasado, venimos observando la aparición de nuevas cepas de rizomanía, que está rompiendo la tolerancia clásica de las variedades. Afortunadamente, la solución ha llegado antes que el problema, y existen en el mercado variedades con doble fuente de tolerancia que no sufren ninguna merma de rendimiento en caso de presencia de la enfermedad. Así que aquellos cultivadores que hayan observado comportamientos extraños en el cultivo, no obtengan los rendimientos esperados y no sepan a que achacarlo, o simplemente tengan tierras ‘cansadas’, tienen a su disposición este tipo de variedades.
Otro aspecto que ha sido importante este año, es la sanidad foliar. Mantener el cultivo sano hasta el final del ciclo puede hacer que los rendimientos se mantengan en niveles muy altos. Especialmente en años donde las enfermedades foliares atacan con gran agresividad.
No debemos descuidarnos en los tratamientos fungicidas y hay que prestar atención a la tolerancia ofrecida por las distintas variedades. Una variedad con una buena tolerancia nos va a ofrecer más flexibilidad a la hora de realizar los tratamientos. Lo más importante es no descuidar este aspecto del cultivo, no obviar los tratamientos preventivos y estar alerta ante la presencia de la enfermedad.
Es claro que, a nivel varietal, no hay cultivo que se pueda equiparar al de la remolacha; dónde cada año las casas de semillas aportan producción, rentabilidad y soluciones a muchos de los problemas que presenta el cultivo. Es por ello, que las recomendaciones publicadas son de gran ayuda para el agricultor.