Debemos buscar una implantación del cultivo rápida y uniforme, y eso solo se garantiza con siembras a la profundidad adecuada y con riegos de nascencia que mantengan el terreno sin costra.
Pero todo será en balde si no escogemos la variedad más adecuada a nuestro terreno
Javier Fuertes. Agroservicio Remolacha KWS
Se acerca el momento en el que deberemos iniciar la siembra de la remolacha. Aunque se trata de un cultivo altamente tecnificado, donde el agricultor es un verdadero experto, no está de más repasar algunas de las claves que nos permitirán obtener una buena nascencia e implantación.
Preparación del terreno
Con carácter general se recomienda arar en otoño para que las heladas del invierno nos desmenucen el suelo y sea más fácil la preparación del lecho de siembra en primavera. Pero si viene un invierno lluvioso, las tierras se cargan de agua y nos puede retrasar las labores de preparación finales.
Es difícil dar una recomendación general y cada agricultor debe obrar en función de su experiencia y el conocimiento de sus parcelas. Lo que sí podemos afirmar es que la remolacha necesita una buena preparación, un poco más fina que el maíz; lo normal es dar el último pase con una grada rotativa o un vibrocultor, sin dejar el terreno demasiado fino porque eso puede favorecer la formación de costra.
La remolacha es menos vigorosa que el maíz y se ve más afectada por los problemas de corteza en el suelo, siendo esta la principal causa de la reducción del porcentaje de emergencia en la remolacha. Por esta razón, en terrenos propensos a formar costra hay que hacer la siembra muy superficial para reducir este riesgo.
Siembra
El objetivo es llegar a cosecha con entre 90.000 y 100.000 plantas por hectárea; esto son remolachas con un peso entre el kilo y el kilo y medio, que se mecanizan mejor y tienen menos tara de tierra que las remolachas demasiado pequeñas.
El número de plantas por hectárea hay que calcularlo en función de las condiciones de siembra, buscando siempre ese mínimo de plantas a la recolección de 90 a 100.000 por hectárea. Siempre teniendo en cuenta que tendremos más pérdida de semilla en suelos mal preparados que con buenas preparaciones, o en siembras tempranas que en las tardías.
La remolacha necesita 4ºC de temperatura en el suelo para germinar, lo que coincide con temperaturas medias de 10 a 12ºC al final del invierno en Castilla y León. La remolacha soporta heladas moderadas, pero puede morir si se congela el suelo cuando está germinando o recién nacida en cotiledones. El suelo regado protege contra las heladas en estos casos, pero no al 100%.
Profundidad de siembra y riego de nascencia
La remolacha debe sembrarse de forma muy superficial, ya que en la mayoría de los casos vamos a regar para favorecer la nascencia. Esta profundidad se sitúa entre 1 y 1,5 centímetros, ya que las siembras muy profundas reducen el porcentaje de plantas viables.
Debemos buscar una implantación del cultivo rápida y uniforme, y eso solo se garantiza con siembras a la profundidad adecuada y con riegos cortos de nascencia que mantengan el terreno húmedo y sin costra hasta que aparezcan los cotiledones.
La velocidad de la emergencia de la semilla es proporcional a la temperatura del suelo, de modo que siembras en febrero necesitan al menos tres semanas para completar la emergencia, mientras que siembras a mediados de abril en una semana las plantas pueden estar fuera. El periodo entre la siembra y la emergencia es el más crítico; cuanto más largo sea, más pérdidas de plantas vamos a tener, que habrá que compensar incrementando la cantidad de semilla en las siembras más tempranas.
La profundidad es clave para tener un porcentaje de emergencia alto. Si tenemos posibilidad de regar, 1 cm o 1,5 cm es suficiente. Profundidades mayores solo en los casos en que no tengamos riego de nascencia y busquemos la humedad del terreno. En ningún caso más de 3 cm.
Elección de la variedad
De nada sirve hacer todo bien si al final erramos en la elección de la variedad más adecuada. Es imprescindible seguir las recomendaciones de Aimcra y Acor o el asesoramiento de los técnicos de las casas de semillas. No solo debemos buscar las variedades más productivas sino también el paquete de tolerancias más completo contra los problemas que nos podemos encontrar en nuestras zonas de cultivo: nematodos, cercospora, rizomania agresiva o rhizoctonia. Hoy en día el catálogo de variedades recomendadas es muy amplio y ofrece soluciones para las diferentes zonas de cultivo.
Tabla de gasto de semilla en unidades/ha en función de la distancia entre surcos y la distancia entre semillas. Hay que buscar una población final de 100.000 plantas/ha. Emergencias del 75% para siembras tempranas, o terrenos en malas condiciones. Emergencias del 95% para siembras tardías y terreno en muy buenas condiciones.