Marta Alcaide
La situación actual de los fertilizantes y abonos tanto en la Unión Europea (UE) como en España está marcada por una compleja combinación de sanciones, importaciones, precios y dinámicas de mercado que afectan tanto a productores como a agricultores.
Desde hace años, Europa se enfrenta a una producción de fertilizantes insuficiente para satisfacer la demanda, lo que hace inevitables las importaciones. «Esta situación no ha hecho más que empeorar tras el cierre de varias fábricas de fertilizantes en miembros de la UE», según declara COPA-COGECA, organismo comunitario que agrupa a las organizaciones representantes de los agricultores y sus cooperativas.
Aumento de los aranceles
Desde la Comisión Europea, se está evaluando la posibilidad de aumentar los aranceles a los fertilizantes rusos y bielorrusos. Algunos países, especialmente Polonia, han solicitado que se suban los aranceles desde el 6,5% actual hasta el 50%, en un periodo de tres años. Esto busca reducir las importaciones rusas y proteger a la industria local.
Estas decisiones afectarán a todos los países de la UE, incluida España, quien depende de las importaciones de fertilizantes para la agricultura. Si se imponen tarifas más altas, España podría enfrentarse a precios más altos, lo que afectaría a la competitividad de la producción agrícola española, enfrentándose a márgenes más bajos o incluso a la reducción de su rentabilidad.
Esta medida «afectará gravemente a la producción y la competitividad agrícolas», señala COPA-COGECA. «Sin una estrategia clara de diversificación, los agricultores europeos pronto se encontrarán contra la pared», afirma la organización.
«Actualmente, los agricultores europeos no tienen garantías de que el déficit de fertilizantes vaya a compensarse con un aumento de la producción nacional a un precio competitivo, argumento clave esgrimido por los partidarios de las sanciones propuestas», señala COPA COGECA.
«Los aranceles acabarán provocando que haya menos oferta y, en consecuencia, los precios subirán. Es muy importante trabajar con toda la anticipación posible, teniendo en cuenta que el panorama geopolítico es muy cambiante. Debemos estar muy atentos a todas las decisiones y cambios en la normativa que afectan a nuestra actividad», señala Carlos Valencia, director de Suministros Agrarios del Grupo AN.
Los precios se dispararán en la próxima campaña
Desde COAG alertan que el precio de los fertilizantes volverá a dispararse durante la próxima campaña agraria. «Tras las continuas escaladas de costes año tras año, el precio de los fertilizantes habrá trepado hasta un 50 por ciento por la guerra de Ucrania«, señala la organización.
Estas medidas propuestas «harían subir los precios de los fertilizantes en al menos 40/45 euros por tonelada para la próxima campaña agrícola«, señalan desde COPA-COGECA. «Las consecuencias para la producción agrícola, la competitividad y los ingresos de los agricultores podrían ser catastróficas», sentencia COPA-COGECA.
También supondrá, que «la rentabilidad del sector agrario se debilite más, que suban los precios de los alimentos al consumidor y que la adquisición de abonos por parte de los agricultores sigua cayendo», señalan. Hoy el campo español compra 600.000 toneladas menos de fertilizantes que hace cinco años, calcula la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes (ANFFE).

“Nosotros aún no hemos tirado el nitrogenado, es un poco pronto. Pero sí que estamos notando las subidas del precio. Otra traba más al rendimiento de la explotación”, destaca Héctor Arroyo, alcalde y agricultor de Ataquines, Valladolid.
“Vamos a ver qué ocurre. Prefiero ser cauto, ver cómo responde el mercado y cómo se desarrollan los acontecimientos. Al final, el más débil es el que está más abajo y el que paga los platos rotos, ya sea en materia de fertilizantes, combustibles, o luz», lamenta Arroyo.
“Los precios ya han subido algo, entre 12 y 15 euros tonelada”, señala Miguel Álvarez, agricultor de Matapozuelos y Ventosa. “Si suben los abonos y no suben los cereales, lo vamos a pasar mal”, señala.
Dependencia de las importaciones
Además, “median otras causas más estructurales, como la imposibilidad de satisfacer la demanda interna por parte de los fabricantes europeos sin recurrir a las importaciones y, por ende, la incapacidad de la industria interior de suministrar abono suficiente tras los cierres de plantas productivas”, apuntan desde el sector.
«El problema es y será hasta que se solucione, la incapacidad de la Comisión de organizar un mercado interno de fertilizantes con la menor dependencia posible de los agentes externos que lo desfiguran y lo distorsionan».
Búsqueda de alternativas
El mercado de fertilizantes en la UE se enfrenta a múltiples desafíos debido a la dependencia de las importaciones y a las fluctuaciones de los precios internacionales. La producción de fertilizantes en Europa está estrechamente vinculada al precio del gas natural, un recurso que Rusia ha utilizado históricamente como herramienta geopolítica.
La volatilidad de los precios del gas afecta directamente los costes de producción de fertilizantes, lo que puede influir en la competitividad de los productores europeos frente a los importados.
En respuesta a las dificultades de obtener fertilizantes de Rusia y Bielorrusia, varios países de la UE, incluyendo España, han buscado diversificar sus fuentes de importación. Esto incluye el aumento de compras de fertilizantes de otros países productores como Egipto, Arabia Saudita y Estados Unidos.







