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lunes, febrero 10, 2025
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¿Cómo afectará al sector agro el “plan de paz” de Trump para Ucrania?

El nuevo presidente de EEUU plantea una Ucrania fuera de la OTAN pero dentro de la Unión Europea. ¿Cómo afectaría ese escenario a las ayudas PAC y a la renta de agricultores y ganaderos?

Ricardo Ortega

El 24 de febrero se cumplen tres años de la agresión rusa sobre Ucrania, una guerra que ha sembrado de destrucción el entorno del mar Negro y que ha alterado los mercados mundiales casi tanto como la Covid-19.

Por momentos el conflicto parece un callejón sin salida, con un único elemento que parece encender una tímida luz al final del túnel: el 20 de enero tomaba posesión Donald Trump como presidente de EEUU, con el empeño de poner fin a dos conflictos de gran relevancia: el ataque de Israel sobre Gaza y la guerra entre los dos gigantes eslavos.

Por el momento Putin no se aviene a dialogar, aunque desde el otro lado del charco ya se ha presentado un supuesto «plan de paz» que, de aplicarse, supondría el troceamiento de Ucrania: Rusia consolidaría las conquistas de Crimea y otras cuatro regiones ucranianas, actualmente ocupadas, al mismo tiempo que el país de Zelenski no podría entrar en la OTAN, aunque sí en la Unión Europea.

Esta posibilidad es la que pone al sector agrario, o a parte de él, en pie de guerra. Alfonso Palomo, director comercial de Octaviano Palomo, ya advertía hace meses de que, en caso de que la presidencia de Trump fuera determinante para alcanzar un alto el fuego, “las consecuencias se notarían de forma especial en el mercado de cereales y oleaginosas”, puesto que ambos contendientes volverían a operar con normalidad en el mercado global.

¿Ucrania en la UE?

Si ese acuerdo de paz incluye la adhesión de Ucrania a la Unión Europea, las consecuencias sobre el mercado serían directas, ya que “sus producciones lo tendrían más fácil para llegar a aquellos países que son importadores netos”, como Italia, Portugal o la propia España. Hay que tener en cuenta que las principales zonas productoras siguen en manos del Estado ucraniano, “así como las infraestructuras del transporte”, recuerda el responsable comercial de Octaviano Palomo.

Eso sí, las producciones del país eslavo ya tendrían que competir “en igualdad de condiciones con el resto de jugadores de la región”, sobre todo en cuanto a exigencias sanitarias y ambientales.

En cuanto a Rusia, la llegada de su producción a la UE dependería en gran medida de los acuerdos alcanzados con las instituciones comunitarias. En cualquier caso, si su grano no llegara fácilmente a los países de la Unión, encontraría su camino hacia otros mercados más al este, como de hecho ha venido sucediendo en los últimos años, destaca Alfonso Palomo.

¿Qué pasaría con las ayudas?

La entrada de Ucrania en la UE es una posibilidad de la que ya alertaba hace un año José Antonio Turrado, secretario general de Asaja en Castilla y León. “Es un gran país desde el punto de vista de la agricultura, quizás el más importante en lo que consideramos el viejo mundo; por eso hay que entender que a los agricultores y ganaderos nos hayan saltado todas las alarmas al ver que peligran nuestra rentas ante una posible caída de los precios y un recorte de las ayudas públicas, que habrá que repartir entre más”, advierte.

Incluso va más allá y subraya que Ucrania padece “grandísimas deficiencias en infraestructuras”, algunas destruidas por la guerra, que habría que instaurar o reconstruir con dinero de la PAC.

Así las cosas, “cuando dentro de unos meses se empiece a hablar de la próxima PAC, inevitablemente el factor determinante será la incorporación de Ucrania, porque eso nos va a afectar a los mercados, a la normativa, y al presupuesto. Y seguro que a nuestra renta, para mal”, remacha.

¿Qué pasó con otras ampliaciones de la UE hacia el Este?

Tomás García Azcárate, economista especializado en PAC de la Plataforma Tierra, ofrece algunos datos para ponernos en contexto. Como la extensión de Ucrania, que ocupa una extensión de 603.550 kilómetros cuadrados y es más grande que Francia (551.695 km²) y España (506.030 km²), y casi el doble que Alemania (357.592 km²).

Así es la comparación con los países que más dinero reciben de la PAC: Francia, unos 9.300 millones de euros, España unos 6.800 y Alemania unos 6.100.

“Según ha calculado el think thank europeo Bruegel, el coste agrario de la adhesión de Ucrania, si mantuviéramos la PAC tal y como la conocemos hoy en día, podría superar los 12.100 millones de euros. El coste anual total podría alcanzar los 20.000 millones, incorporando principalmente la política de cohesión (4.600 millones)”, apunta García Azcárate.

Más allá de las grandes cifras, lo que el analista recuerda son algunas enseñanzas extraídas de anteriores ampliaciones al Este.

En 2004 entraron la UE diez estados nuevos, sobre todo del denominado bloque comunista, mientras que en 2007 lo hicieron Rumanía y Bulgaria. De aquella experiencia se pueden extraer algunas enseñanzas útiles. “La primera parece obvia: la necesidad de un periodo transitorio para que, también en este caso, la agricultura y la economía ucranianas se integren en el nuevo contexto europeo”, según el analista.

La segunda es que los cambios “se tendrán que aplicar antes de que se produzca la adhesión formal al club europeo, de modo que el peso político del nuevo socio no pueda bloquear el nuevo diseño de la PAC”.

En tercer lugar, “estos cambios deben permitir limitar el impacto presupuestario de la adhesión de Ucrania. Es un gran país agrario, competitivo ya hoy en día en los mercados mundiales, en particular de cereales y semillas oleaginosas, y un gran potencial de producción en sectores de ganadería intensiva como el porcino y el aviar”, recalca.

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