Alfonso Palomo
El mundo sigue pendiente de las repercusiones que tendrá la toma de posesión de Donald Trump como presidente de EEUU, este 20 de enero. Pero esas consecuencias ya han empezado a producirse incluso antes de la ceremonia de asunción del cargo, y en las semanas previas hemos asistido a una revalorización del dólar hasta alcanzar casi la paridad con el euro.
El consiguiente encarecimiento de las importaciones pagadas en dólares ya se ha notado en las cotizaciones de las materias primas situadas en los puertos, e incluso en las lonjas del interior de la Península.
Esa ha sido la causa que estaba detrás de los repuntes en el precio de algunos cereales. Más allá de eso, los mercados en su conjunto, y los fondos de inversión en particular, están muy pendientes de las decisiones que adopte la nueva Administración norteamericana, singularmente en política arancelaria y en política financiera, que nos dirá si se apuesta por un dólar fuerte.
Como vemos, se hace bueno el dicho de “compra con el rumor y vende con la noticia”. Porque es evidente que las especulaciones sobre la política de Trump han tenido los efectos mencionados, de modo que el mercado ya los tendrá descontados cuando el nuevo presidente empiece a aplicar las medidas esperadas: de forma paradójica, lo previsible es que en ese momento los primeros movimientos al alza pudieran comenzar a desinflarse.
Por lo demás, en España se ha notado un cierto parón navideño, solo interrumpido por aquellos productores que han decidido vender para cerrar el ejercicio. Pero sigue habiendo mucha mercancía en manos del sector productor que aún tiene que aflorar, y merece la pena destacar que es buen momento para vender, habida cuenta de las últimas subidas registradas.
Cabe mencionar que se han detenido las continuas subidas en el precio de las oleaginosas, que se han repetido durante los dos últimos meses. Hay que destacar, incluso, que las bajadas del aceite podrían haber sido más considerables de no haber sido por esa subida en el valor del dólar.
También es momento de hablar de fertilización. No falta demasiado para las coberteras y los abonos han visto cómo se incrementaba su precio, consecuencia directa de la subida en el precio del gas, derivado del mencionado fortalecimiento del billete verde.
Como conclusión, es más que previsible que se hable mucho de geopolítica en los próximos meses y años. La apetencia de Trump sobre Groenlandia, Canadá y el Canal de Panamá puede tener gran influencia sobre la evolución de las rutas comerciales, pero sobre todo le podría permitir un mayor control sobre los precios del gas. Pero cualquier movimiento en ese sentido que implique pasar de la política a la fuerza sería fuente de inestabilidad, con unas consecuencias del todo imprevisibles.
Otros escenarios de los que hay que estar pendiente en 2025 son, por ejemplo, el del mar Negro, puesto que la presidencia de Trump puede influir en la resolución de un conflicto que va a cumplir su tercer año. También Oriente Medio, con un Israel que ha ganado preeminencia, y el entorno de China, donde Japón y Corea del Sur hablan de aumentar su capacidad militar. Corea del Norte seguirá haciendo pruebas balísticas y China no tiene previsto rebajar la tensión con Taiwán.