Alfonso Palomo, diector comercial de O. Palomo
La llegada, por fin, del verano y la subida lógica de temperaturas anuncia que la cosecha es inminente ya. El sector espera impaciente e ilusionado que las máquinas comiencen a trabajar en las fincas para comprobar si las buenas previsiones se convierten en realidad. Es posible que el no haber sido factible hacer todos los tratamientos traiga consigo cierta desigualdad en los rendimientos, aunque lo habitual es que la recogida sea superior a lo esperado cuando la cosecha es buena.
En el centro y sur de Castilla y León comenzará muy pronto. También este pequeño retraso en comenzar la recogida de grano suele ser sinónimo de que el cereal da mucho. En Castilla-La Mancha la media ronda los 5.000 kilos por hectárea.
Las previsiones vaticinan que en España se ensilarán en torno a 21 millones de toneladas, de las cuales serán diez de cebada y siete de trigo, además de avenas, trigos duros, triticales y otros, Las producciones de cebada crecerán alrededor de un 70% respecto a la campaña del año pasado.
La meteorología es favorable para los cultivos americanos. En Europa, excepto en algunas zonas del este y Países Bajos, la cosecha oscilará entre normal y buena. Francia ha registrado una pluviometría similar a la española.
En el mercado nacional hay ausencia de demanda por parte de las fábricas, en espera de que se conformen todos los buenos pronósticos. Habrá bajada de precios, pero aumentará la renta del agricultor gracias al incremento de la producción.
Las incidencias entre Trump y China, con las subidas de aranceles, han causado volatilidad en los mercados, que han bajado de manera considerable en las últimas semanas. Han descendido los precios de trigo y maíz, y especialmente el de la proteína, en harina de soja. El dólar es más fuerte ahora haciendo más caras las importaciones.