“La gente ha sembrado los cultivos forrajeros que ha podido y el trigo que ha podido, pero en gran medida el cultivo se ha pasado de fecha por culpa de las lluvias intermitentes y veremos cómo desciende su superficie”. El análisis lo hace César Álvarez, de Oleokelsa, en relación a la mitad norte de España, aunque bien podríamos aplicarlo al conjunto de la península.
Hay desánimo generalizado y el mapa de cultivos de las diferentes comunidades autónomas se verá afectado por la exigencia de dejar un 4% de barbecho en la mayor parte de las explotaciones.
Pesan las decisiones políticas. Tan pronto hay que sembrar en los barbechos como dejarlos, “cuando sigue habiendo la misma guerra en Ucrania”, ejemplifica Álvarez.
Ese 4%, que es una superficie muy importante, se le quitará principalmente al cereal, “aunque al mismo tiempo lo lógico es pensar que la tendencia de muchos agricultores es a seguir apostando por él; se trata de una producción con relativamente pocos gastos, de modo que es una opción que siempre hay que tener en cuenta”, señala.
Además, el precio ha bajado en los últimos tiempos, pero ahora se muestra estable en líneas generales, quizá con el trigo algo más ‘animado’ que la cebada.
¿Se siembran forrajes?
En relación con los cultivos forrajeros pesan mucho la escasez de semilla y su precio. También el precio que el agricultor espera obtener. La cotización de la alfalfa ha bajado de precio en las últimas semanas, pero hay que tener en cuenta que la paja tiene un precio elevado, en torno a los 155 euros por tonelada.
Para el representante de Oleokelsa, se puede contar con que el precio del forraje siempre se mueva entre el precio de la alfalfa y ese ‘suelo’ que marca el de la paja, que hoy por hoy es elevado.
¿Otro buen año de remolacha?
Cultivos como el de la remolacha van a aumentar, dados los precios altos que registra el azúcar. Estamos en un escenario que resultaba impensable hace apenas tres años, lo que ha lanzado a las compañías transformadoras a tratar de captar hectáreas.
Azucarera ofrece su modelo de cultivo “integrado”, que garantiza al agricultor unos ingresos fijos sin asumir riesgos. En cuanto a Acor, que ya ha presentado sus condiciones de contratación, posee una fábrica con capacidad para molturar la remolacha de 14.000 hectáreas y tratará de alcanzarlas.
Otros cultivos
En la cuenca del Duero se ha reducido la superficie de colza por culpa de unas lluvias que no llegaron a tiempo para el secano. Lo nacido, tanto en secano como en regadío, está bien implantado.
Vuelve a entrar en la rueda un cultivo tan importante como el de la adormidera. También opciones como la camelina, que ya está sembrada, y que se suma al ramillete de producciones dirigidas a obtener un combustible con baja huella de carbono, como la carinata, de la que se siguen haciendo pruebas en diferentes parcelas de Castilla y León
Al mismo tiempo, el girasol se puede mantener, dadas sus ventajas agronómicas “y aun teniendo en cuenta los precios de venta que se dan hoy en día”, subraya César Álvarez.
La cebada sigue siendo la incógnita, dado que sus diferentes variedades permiten su siembra hasta enero e incluso hasta febrero.
Lluvia en Castilla-La Mancha
Se espera que las lluvias de esta semana lleguen a la práctica totalidad de Castilla-La Mancha, por lo que se espera que alivien algo la situación. En alguna provincia, como Albacete, la sequía era muy importante en las últimas semanas, y los agricultores que ya habían sembrado temen perder buena parte del grano.
Es posible, por tanto, que las lluvias ayuden a estos cultivos, y ayuden a dejar el suelo en buenas condiciones de siembra para los agricultores que hayan esperado hasta ahora.
José Ramón Díaz de los Bernardos, de Ciudad Real, destaca respecto a las leguminosas que son necesarias para cumplir los requisitos de la PAC, pero que “multiplican por tres” su precio. El agricultor no encuentra semilla en el mercado por la alta demanda y porque en la pasada campaña se ha producido menos de lo previsto.
“Encontrar semilla de leguminosas se ha vuelto misión imposible”, destaca.
Las siembras en Andalucía
El comienzo de la campaña de siembra de cereal se desarrolla mejor de lo esperado en ciertas zonas de Andalucía. Por ejemplo en Córdoba, cuyo suelo está agradeciendo las precipitaciones que se están dando en casi toda la provincia.
La sementera ha comenzado con normalidad por las primeras lluvias de otoño, con tempero para sus siembras de cereales y leguminosas.
La provincia tiene en producción 168.600 hectáreas de tierra de labor en extensivo, de las que más de 144.200 se sembrarán de cereales de invierno esta nueva campaña.
Se ha registrado una subida de trigo duro en torno a un 10% más llegando este año a las 43.500 hectáreas frente a las 39.600 del año pasado 2023. Los trigos blandos han registrado una bajada en torno al 5%, situándose en las 21.700 hectáreas.
La cebada sube el 2%, por lo que se quedará más o menos como el año pasado, en 17.600 hectáreas aproximadamente. La siembra de avena ha bajado por la falta de semillas que se ha encontrado este año y ha aumentado la siembra de triticale. En las oleaginosas de invierno, como la colza, la superficie ha bajado más del 15%.
Globalmente, ha aumentado la superficie de leguminosas para alcanzar el 10% de especies mejorantes que requiere el ecorrégimen de rotación.
En Sevilla la siembra se ve favorecida por las lluvias de octubre y avanza a buen ritmo.
Ya se ha sembrado el 90% de la superficie de trigo duro -mayoritario en la provincia-, el 50% de la de trigo blando y avanza a buen ritmo la siembra de triticale y cebada, cereales que tradicionalmente ocupan menor superficie y cuyas siembras están ya prácticamente finalizadas.
Calor en la Comunidad Valenciana
La primera quincena de diciembre está siendo excepcionalmente calurosa, con temperaturas que superan en diez grados la habitual en estas fechas, y cierra uno de los otoños más secos en la Comunidad Valenciana desde que hay registros.
La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) advierte de las consecuencias negativas que están provocando el calor y la sequía sobre las producciones agrarias de la comunidad, tanto las que se encuentran en plena campaña de recolección como las que deberían permanecer en reposo para afrontar la temporada que viene.
En los cítricos, la anomalía climática está causando que la fruta no madure correctamente. Este atípico otoño, estación que normalmente se caracterizaba por la sucesión de lluvias, está obligando a los agricultores a echar mano del riego.
El calor también está dificultando la erradicación de plagas como la araña o el Cotonet de Sudáfrica, el cual llega a propagarse hasta una sexta generación.
Brotación adelantada
Una de las imágenes más sorprendentes que nos dejan estas altas temperaturas a las puertas de Navidad es la brotación adelanta en frutas de hueso, viñas o aguacates, entre otras producciones que suelen empezar el ciclo vegetativo en marzo y abril.
José Luis Robredo, responsable de la sectorial del vino, avisa de que “los cultivos están en una fase demasiado avanzada debido a la falta de frío. Esta ruptura de su ciclo habitual va a provocar que cuando lleguen las heladas dañen las yemas y ya no vuelvan a salir, con lo que habrá menos producción. Junto a la sequía, esta situación está extendiendo la desilusión entre los viticultores, de hecho algunos están arrancando las viñas más afectadas”.
Similar situación viven las hortalizas. Vicente José Cuñat, responsable de la sectorial de hortalizas, declara que “las alcachofas, coles y otras hortalizas de invierno están abriéndose antes de tiempo debido a las cálidas temperaturas”.
La siembra del cereal, prevista para el mes pasado, se ha visto alterada por la sequía. Tan es así que numerosos agricultores han decidido no sembrar hasta que haya previsión clara de lluvias.
