El diseñador industrial Manu Contreras ha inventado una barrera contra plagas trepadoras en frutales a base de chicle reciclado. El producto, al que ha bautizado como HormiCont, es una masilla concebida especialmente para producciones en ecológico.
La imagen de la hormiga es muy clarificadora de lo que es esta invención. “El destierro es más estimulante que liquidarlas”, y es que además “vencer a las hormigas sin matarlas no es ningún juego de niños”, apunta este fruticultor de Espinosa de los Monteros, en la comarca de Merindades.
¿Qué es lo que se consigue con esta fórmula? Pues ni más ni menos que una plastilina adhesiva de usos hortícolas variados. Es un producto, único, de fácil uso, de gran longevidad, con duraciones superiores a los seis meses efectivo contra plagas, e inatacable por el clima. Ni la lluvia, ni el sol de pleno agosto consiguen inmutarlo. Un producto de amplia gama de viscosidades, texturas, dureza, y por tanto, utilidades y, reutilizable por largo tiempo, ya que ni se seca, ni se endurece.

Tres estados de diferente dureza, para cuatro usos básicos, pero no únicos. La gama media es la usada como sistema antiplagas trepadoras, su dosificación en chicle, es del veinte por ciento.
Con una consistencia más blanda, «con menos porcentaje de chicle», se consigue otro producto diferente, el barniz protector de cortes de poda, muy necesario si se quieren tener unos frutales sanos.
Y si añadimos chicle hasta el cincuenta por ciento de la mezcla, obtenemos una plastilina dura multiusos, semejante a la usada en colegios, pero de muy diferentes utilidades.

Esta plastilina es adhesiva, tanto como se desee, sin rotura al estiramiento, moldeable, reutilizable mil veces, porque no se endurece. Lo mismo vale para pegar objetos en la pared, para cubrir injertos, o para tapar goteras en canalones o el tejado.
Pastores eléctricos
Otra variedad de masilla es la pasta adhesiva conductora eléctrica, que usamos para conectar los ‘Pastores eléctricos antiplagas’, ya que no existen microconectores aparentes para hacerlo. Reutilizable por años, ya que tampoco se endurece.
Tantos usos como dosificaciones de chicle tenga la fórmula, que se compone de media docena de elementos, todos ellos sin toxicidad para la salud, o el medio ambiente.
La protección de los frutales contra plagas trepadoras, ahorra fácilmente el cincuenta por ciento de pesticidas; en cerezos, el cien por cien, si no está instalada la «mosca de la cereza» en cuyo caso, habrá que hacer un tratamiento insecticida cuando empiecen a madurar.
El aspecto de esta masilla antiplagas, HormiCont, es el de un cincho de entre 15 y 20 mm. de ancho. De color verdoso o gris, nunca colores claros, prohibido lo naranja, azul, amarillo, marrones, granates, estos colores atraen a los insectos y se pueden pegar.
Aun así, se acabarán pegando algunos pequeños mosquitos, pero nunca, pájaros o lagartijas, cosa común en las cintas comerciales adhesivas de 8 o 15 cm. de anchas; además, “añadimos un elemento maloliente para insectos, con lo cual se pegan muy pocos, eso hace que dure mucho más tiempo activo, y no sea necesario poner una gran anchura”, apunta Manu.
Esta masilla blanda al año siguiente estará intacta, y se podrá recoger para convertirla en otra masilla dura para proteger injertos. Es decir, se recicla lo reciclado, durante varias temporadas, hasta que se descomponga a los cinco años. “Esto es único, y por lo tanto, aumenta el valor de este proyecto pionero”, recalca.
Una sociedad para hacer el mal
Para quienes no estén familiarizados con este mundillo de los frutales y vean hormigas por los troncos, “les diremos que las hormigas y pulgones, forman la mejor ‘sociedad de gananciales’ conocida para hacer el mal”.
Las hormigas en el frutal al inicio de la floración, son el preludio de la mayor «peste» que tendrá a lo largo del año. Ellas guardan pulgones de reserva en el hormiguero, y cuando pasen los efectos de los insecticidas (si se echan) volverán a subir pulgones al frutal, “una y mil veces”.
Los pulgones chupan la savia, y las hormigas se la llevan en forma de ligamaza a la despensa para pasar el invierno. A cambio les protegen de sus depredadores, como las mariquitas, a las cuales muerden en las patas hasta que se van del frutal. La hormiga es el insecto más tenaz y «cansino» que existe.

Para producciones ecológicas
Insiste manu Contreras en que el producto Hormicont es, a día de hoy, el mejor sistema antiplagas trepadoras que hay. “Las explotaciones de frutales ecológicas que tengan necesidad de una solución para el problema de las plagas trepadoras en los frutales, deberían probarlo”. Si ha superado todo lo mejor que Manu ha creado en diez años, con una exigencia máxima, es que vale la pena.
Desde un pequeño plantón de un centímetro de tronco, al mayor y más retorcido de los viejos frutales, o como protección de coliflor, brócoli, repollo (contra orugas y babosas) o como tapón en el ‘culo’ de peras y manzanas, para evitar que entre el gusano carpocapsa, donde será capturado (esta fruta es ideal para consumo propio, sin uso de venenos). “Mil usos, mil soluciones a un bajo coste de elaboración”, apunta este inventor.
Una función interesante del Hormicont es la captura del gusano carpocapsa adulto a la bajada, en primera generación. suelen bajar por el tronco, salvo si cae la manzana o pera con ellos dentro. “Hemos capturado muchos así, lo que equivale a diezmar la segunda generación, es decir, el segundo ataque anual, unas cuatro semanas de separación del primer ataque en junio o julio”, subraya.
El ancho de banda en tronco será de dos centímetros, (el de la cinta aislante eléctrica) con una capa de tres o cuatro décimas de milímetro. Una aplicación para cerezos, y dos para manzana, pera y demás frutas tardías.
La posibilidad de aumentar su consistencia, es vital para regiones como Andalucía, ya que puede aguantar 40 grados sin inmutarse, sin descuelgue, y sin manchar los troncos, simplemente añadiendo un par de chicles más a la mezcla.
Y en climas fríos del norte, se deja un poco más blando, y asunto resuelto. “En definitiva, una joya para los fruticultores ecológicos”, resume el burgalés. “No es necesario contar más, los profesionales conocen muy bien la problemática, y habrán usado variedad de productos. Este hay que probarlo, y se puede enviar una muestra (contra reembolso) de 125 gramos”, remacha. Se puede contactar con Manu a través de la web https://chicleburgos.webnode.es/contacto/