La semana pasada fue rara. Mientras más de media España estaba de puente, los mercados internacionales incrementaron sus cotizaciones sin demasiadas noticias que lo dieran soporte.
La realidad fue que subieron los precios de los puertos en algún euro, pero cuando aquí en España estábamos de fiesta el viernes día 8, y en muchos casos en una buena sobremesa con familiares o amigos, el USDA nos devolvía de nuevo a la realidad con su informe de oferta y demanda mundial, que se encargaba de recordarnos que la abundante cosecha de maíz permitiría recuperar las existencias a final de cosecha en algún millón más de toneladas respecto a la estimación del mes anterior.
Y con ello de nuevo el mercado retomaba la estela bajista de los últimos meses.
Consumos cubiertos
Una vez arrancada la semana actual, y en base a las pocas operaciones realizadas la semana del puente, y donde en lo poco operado, en algún caso se pagaron uno o dos euros más que la semana previa, y casi siempre en cebada, las lonjas han ido marcando dichas subidas en algunos casos.
Pero la mayoría de los compradores se resiste a pagar más precio por el cereal que la semana previa al puente, y optan por no comprar. Con lo que nos encontramos con muy poca demanda, con unos consumos cubiertos en muchos casos hasta final de enero, y con unos vendedores que esperamos más precio por nuestro cereal del que el mercado está dispuesto a ofrecer.
¿Esperar a tiempos mejores?
Este año 2023, que ha sido muy negativo para el precio de nuestras cosechas a la vez que la sequía ha mermado nuestras producciones, y la tendencia ha sido la de bajadas, con la pérdida de más de 100 euros por tonelada en muchos casos, se resiste a terminar sin “tentarnos” a vender nuestras existencias algún euro más caro que hace unos días o por el contrario “tentarnos” a optar, como los compradores, decidirnos a seguir guardando nuestro grano esperando “tiempos mejores”.
La realidad, en la mayoría de los años, es que los precios en enero y febrero suelen bajar, fruto de que el consumo de los animales y las personas suele descender en dichos meses debido a razones distintas.
Mientras en el caso de los animales se debe a que en torno a fin de año se sacrifican los animales mayores, que comen más, los animales que se meten en las granjas los primeros meses del año son lógicamente más pequeños e ingieren menos pienso.
En el caso de las personas, fruto de los excesos de Navidad y la falta de dinero, hace que disminuyan el acopio de alimentos y esto se nota en el consumo global. Y todos sabemos que si se consume menos… lo lógico es que los precios cedan, salvo que ocurra algo inesperado, como fue la guerra de Ucrania.
Crecen las existencias previstas de maíz
En el panorama internacional, el informe del USDA ha aumentado las existencias previstas a 30 de junio de 2024 de maíz en más de 15 millones de toneladas respecto a las estimadas a 1 de julio de 2023.
Las últimas lluvias en Brasil parece que mejoran el panorama de primera cosecha de maíz, y mejora la humedad del suelo de cara a la siembra de la segunda cosecha que comenzará en poco más de un mes.
¿Y Ucrania?
El anuncio del levantamiento del veto de Hungría para que Ucrania entre en la Unión Europea abre un nuevo panorama en las importaciones de grano desde el mar Negro. En cualquier caso, los fondos de inversión no tienen clara la tendencia del mercado, y un día compran y hacen subir el mercado y al día siguiente hacen lo contrario y provocan bajadas.
En los próximos días comenzarán los operadores y fondos de inversión a irse de vacaciones. Nos quedará un mercado de nuevo casi sin actividad y con mucha incertidumbre de cara a lo que puede acontecer el próximo 2024.
