Todavía no hay datos oficiales sobre las siembras de ajo para la campaña 2025, aunque los productores esperan un ligero repunte. La Mesa Nacional del Ajo espera una superficie sembrada de 23.956 hectáreas, lo que supone un ligero incremento del 5%.
En 2024 la superficie sembrada en España fue de unas 22.753 hectáreas, frente a las 24.889 de 2023.
Una de las alteraciones más importantes en relación con el cultivo está en las variedades empleadas, puesto que en los últimos años se ha puesto de manifiesto la caída de superficie de ajo morado, ocasionada por sus bajos rendimientos. Ello obliga a incrementar la superficie de variedades más productivas en detrimento de esta.
Durante la reunión del Grupo de Contacto del Ajo Europeo se ha destacado la falta de uniformidad entre los países productores de la UE en lo que se refiere a las soluciones disponibles para realizar la protección sanitaria del cultivo.
Aunque lo que más preocupa a los asistentes es la pérdida de competitividad, derivada del incremento de costes de producción. La principal causa radica en la disminución de soluciones para el mantenimiento de la sanidad.
Julio Bacete, presidente de la Mesa Nacional del Ajo, destaca la conveniencia de colaborar los diferentes países del grupo de contacto con investigadores y universidades para conocer el mapa genético del ajo. Ello permitiría avanzar en la adaptación al cambio climático, mejorar los rendimientos, incrementar la eficiencia en el uso del agua, así como conseguir una mejora de la sanidad del cultivo. Todo ello mejoraría la competitividad del cultivo y contribuiría al relevo generacional, según Bacete.
