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sábado, abril 27, 2024
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El mercado exterior, la tabla de salvación de la patata

La reducida producción en otros países europeos ha salvado una campaña de alto riesgo debido al solape del arranque de la misma en el norte y el sur de España

El arranque de patata se ha generalizado en Castilla y León, y lo hace con normalidad después de unas semanas de vértigo en las que parecía que los precios se hundirían por la acumulación de producto.

Las lluvias impidieron la cosecha en Andalucía durante cerca de tres semanas, con lo que la región debió sacar toda la producción en quince días. Un sistema atascado y una campaña que se solapaba con las de Castilla-La Mancha y Castilla y León.

Juan Manuel Coello, de Patatas Meléndez, recuerda la preocupación que reinaba ante la acumulación de producto y la escasa capacidad de almacenamiento que existe en España.

“La solución ha venido de la mano de la exportación, gracias al incremento de la demanda en países como Francia o Bélgica, donde las producciones han caído como consecuencia de las elevadas temperaturas”, recalca. Todo ello en un año de buenos rendimientos para la patata española, con sanidad y calidad.

Ese incremento de la exportación ha permitido que los precios no se hundieran “y ha habido margen para que todos los eslabones de la cadena tuvieran rentabilidad”. Y con las variedades más tardías la previsión es que vuelvan a darse movimientos alcistas en los precios, según el responsable de Meléndez.

Para Coello, la maquinaria del mercado está bien engrasada y detecta aquellos puntos en los que crece el consumo. Ahora mismo se compran más patatas en las zonas turísticas, adonde se han desplazado los consumidores y donde acuden millones de turistas de otros países. Algunas fuentes apuntan que el año pasado España recibió 83 millones de visitantes, mientras que este año se pueden alcanzar los 85 millones.

Sanidad

Javier Boceta, de Meijer España, habla de un año “complicado”, sobre todo por la limitación de las materias activas autorizadas en la lucha contra plagas y enfermedades, lo que dificulta mucho la labor del agricultor. “Especialmente porque la UE sigue una estrategia que no se comprende, puesto que autoriza la importación de patata de otras zonas de producción donde no existen las mismas limitaciones”.

En zonas como Andalucía las producciones son cada vez mayores, sobre todo por la sustitución del riego por aspersión por el riego por goteo, lo que ahorra agua e incrementa los rendimientos por hectárea.

De este modo, “el aumento de la producción por hectárea puede llevar a una reducción de la superficie dedicada este cultivo, y a que queden fuera aquellos agricultores que no han hecho bien las cosas”.

Para Boceta, la situación ha cambiado de forma radical en los últimos años, con un consumidor que valora más el producto y que “más allá de la apariencia” exige calidad en el tubérculo y segmentación en cuanto a los usos. De este modo, el consumidor español dispone de variedades para reír, como Agria o Lady Amarilla, todo el año.

¿Podemos conservar la patata?

El responsable de Meijer también incide en la escasa capacidad para almacenar en España. Por eso “lo que ha salvado la papeleta ha sido la exportación, puesto que países como Francia o Bélgica han tenido poca producción por culpa de las elevadas temperaturas”. ¿Es un fenómeno puntual? En su opinión no lo es, puesto que la prohibición de antigerminantes como el CIPC ha cambiado el mapa de la patata de forma radical. “Francia ya no tiene capacidad para almacenar en la misma medida que antes, de modo que se ha convertido en compradora de patata española, sobre todo de producto andaluz y murciano”, subraya.

De este modo, “si parte de esa producción va al mercado exterior, puede dejar un hueco importante para la patata de otras zonas, por ejemplo de Castilla y León”.

Para Boceta, uno de los problemas a los que el sector se enfrentará a corto plazo es la reducción de la superficie de patata de siembra, tanto en España como en las grandes zonas productoras de Europa occidental. Una consecuencia puede ser la escasez de determinadas variedades.

Almacén cerrado, frío y cajones

Carlos García, de Agrofield, destaca que este será un año para conservar mucho más producto que el anterior. La patata llegada del otro lado de los Pirineos puede supone en torno al 40% del mercado. Todo ello por el cambio climático, con elevadas temperaturas y escasez de agua en Castilla y León, un fenómeno que se acrecienta de Madrid para abajo.

Para él la solución para por regular la actividad, lo que significa conservar. “Pero tenemos poca infraestructura para hacerlo de forma adecuada”.

Hoy la conservación durante meses requiere tres elementos: una nave cerrada, cajones y frío, “pero solo el 10% de los almacenes españoles los reúne”.

¿Qué ha sucedido? Por un lado, la prohibición de productos como el CIPC. Por otro, un cambio climático que ya hace imposible ventilar las patatas de tres a seis de la mañana para conservarlas. “Hoy las temperaturas mínimas no son tan bajas como antes por culpa del cambio climático, con lo que la única solución para por el frío”. “Hay zonas productoras como la de Vallelado, en Segovia, que ya no son un valle helado y que deberían cambiar de nombre”, recalca entre risas y veras.

Todo ha cambiado, de modo que son muy pocos lo que aguantan con la patata hasta febrero o marzo. “Quien lo consiga es capitán general porque su competencia no será capaz”, recalca. “Tendrás una plusvalía quizá de 15 céntimos el kilo, de modo que para ti será rentable el esfuerzo y la inversión de tener un buen sistema de conservación con frío”. “Empresas como Interagro de Patatas conservan con frío y no ha habido una sola reclamación en tres años”, ejemplifica.

El nuevo escenario obliga a todos a replantear su actividad y empezar a hacer bien las cosas. Por ejemplo, retrasar la siembra de las variedades para conservar, “porque solo si actuamos en fecha de siembra, en elección de variedades, en fertilización y en fecha de arranque estaremos en condiciones de atender al mercado durante más tiempo”. Con el añadido de que, si se guarda una parte importante de la producción, “estaremos contribuyendo a que los precios no se desplomen en septiembre”.

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