Ricardo Ortega
Las tormentas de las últimas semanas están afectando a determinadas zonas agrícolas de Castilla y León, aunque en general se puede hablar de que los cultivos de regadío están en buen estado.
Ahora mismo la principal incidencia está en el sur de la península, con una reducción en la producción que está llevando a los operadores a mirar hacia el norte. Está sucediendo en cultivos como la zanahoria, pero la atención también recae sobre la patata.
Alberto Duque, del vallisoletano valle del Esgueva, destaca la escasa producción de patata en Andalucía, culpa sobre todo de las elevadas temperaturas y la ausencia de lluvias. Mientras, en el Campo de Cartagena llevan dos años consecutivos de cosechas afectadas por el exceso de lluvia. Este año, además, la Región de Murcia ha estado muy afectada por las heladas.
Para Duque, solo puede alegrarse aquel que haya tenido una producción normal, puesto que los precios altos le favorecen. Pero los agricultores con rendimientos escasos tienen sobre sí la amenaza de ni siquiera poder igualar los gastos de producción.
“No es solo el incremento del precio del fertilizante; es que también se ha multiplicado el precio de los tratamientos, que este año son muy necesarios”, apunta.
En Castilla y León se ha detectado una presencia de mildiu muy importante, de modo que se debe tratar cada quince días, como mucho. “Esperar a tratar más de dos semanas es una locura porque si la enfermedad pasa de la parte aérea al tubérculo se convierte en un desastre”, advierte.
¿Y los precios?
La demanda de patata en el sur peninsular supera ampliamente a la oferta, de modo que la patata para lavado se está pagando a 70 céntimos el kilo, e incluso por encima de ese precio. Mucha patata contratada se paga a 50 céntimos.
Juan Manuel Coello, director de Operaciones de Patatas Meléndez, señala que los arranques de patata temprana de Andalucía y Murcia se están realizando de forma irregular por culpa de la meteorología.
La producción ha sido más limitada en las patatas más tempranas, que han sido las que más han padecido las heladas. Menos kilos por hectárea y un tubérculo más pequeño.
En otras zonas productoras, como las de Castilla-La Mancha y Castilla y León, los cultivos iban bien hasta ahora, aunque en algunos puntos de Castilla y León las tormentas han hecho daño, y en determinados municipios afectados por el pedrisco es posible que haya que adelantar la cosecha.
Un año más, la primera patata de Castilla y León puede estar muy cotizada.
Prisas en la zanahoria
En Chatún (Segovia), Eliseo García ha adelantado diez días el arranque de la zanahoria para atender a unos operadores que se han quedado sin producto por los temporales en Andalucía. Son zanahorias tempranas y de calidad, que ha protegido con manta, y no se han visto afectadas por las tormentas.
“En la comarca del Carracillo hemos tenido suerte y ha llovido, pero sin trombas de agua y sin granizo”, señala. Los regantes llevan más de diez días sin sacar agua, lo que incluso se nota en el nivel del acuífero, que ha subido.
Su patata y su cebolla presentan buen estado desde el punto de vista agronómico. Si nada se tuerce puede estar ante un buen año de precios, puesto que “la cosa viene con fuerza” ante lo que está sucediendo en el sur.
Mientras tanto Alfredo Recio, de Valdestillas (Valladolid), aún no nota la presión de la demanda porque su zanahoria apenas lleva un mes en el suelo. El cultivo está bien, pero aún le falta mucho. Cosechará a partir de octubre.
Primera cosecha de ajo
Óscar Cuéllar, de Vallelado (Segovia), ha empezado a sacar los ajos más tempranos. La labor es delicada por culpa de las lluvias, aunque estos ajos más tempranos tienen buena situación.
Sin embargo, lo más tardío presenta peor estado porque no se pudo sembrar a tiempo por culpa de las lluvias.
En cuanto a los precios, Cuéllar relativiza las noticias que se han venido publicando respecto a un incremento. “Eso solo se ha dado allí donde hay menos producción por falta de agua”, apunta.
De momento, su horizonte más inmediato es el de seguir trabajando para sacar adelante este cultivo delicado y exigente, “que se pone cuesta arriba cuando no acompaña la primavera”.