El próximo martes 12 de junio, Asaja Sevilla y Asociafruit llevarán a cabo una fritada comparativa entre la patata nueva española y la patata francesa de importación, conservada en cámaras, para poner de manifiesto que las propiedades gastronómicas y culinarias de estas patatas son inferiores, ya que en el proceso de conservación la patata francesa ha convertido su almidón en azúcares, por lo que esta patata vieja cuando se fríe se ennegrece y se reblandece, empeorando su aspecto y su sabor.
Además, ASAJA-Sevilla y Asociafruit repartirán 2.000 kg de patatas en este acto con el que se pretende poner en valor las bondades de nuestra patata nueva. Ambas entidades consideran necesario poner en valor el producto nacional, haciendo hincapié en el hecho de que se trata de un producto muy valorado por el mercado internacional, pero que tiene escasa penetración en el mercado nacional, en beneficio de la patata importada de conservación, más barata y con aspecto exterior artificialmente más bonito.
El presidente de Asociafruit, Marco Román, ha señalado que uno de los objetivos principales de esta iniciativa pasa por concienciar a los consumidores de las propiedades de la patata nueva y sus diferencias con la francesa de conservación. “Vemos que el consumo de patata baja cada año y queremos hacer partícipe al consumidor de su decisión al comprar en el supermercado”, explica, “porque, por ejemplo, hay muchas personas que se quejan de que las patatas quedan negras después de freir y en lo que no se paran a pensar es en la calidad de la materia prima”. Asegura que en los supermercados se hacen pasar por “patatas especiales para freir” aquellas que de verdad no valen para ello.
Además, Román se lamentó de que aún en estas fechas, y con un mes y medio desde el comienzo de la campaña, haya supermercados que cuenten con un 70% de patata francesa en sus lineales, mientras que el resto de Europa mantiene ese mismo porcentaje pero de patata nueva española. La situación desespera a un sector que mantiene su lucha por que el consumidor esté bien informado, sepa lo que compra, y no sea engañado.
La campaña de patata en Andalucía avanza con buenas perspectivas y aunque el rendimiento por hectárea ha descendido debido a las lluvias y el mal tiempo, “los precios acompañan”, como afirma Román, quien apunta que el agricultor recibe entre 40 y 50 céntimos/kg, “algo que va a ayudarles ante la falta de producción”. En Sevilla quedan apenas 10 días de campaña y los contratos se están cumpliendo. Cerca de un 70% de la producción está dedicado a la exportación.
La patata nueva
Según datos de la Consejería de Agricultura de Andalucía, en la provincia de Sevilla se cultivan unas 3.500 hectáreas de patata nueva, principalmente en las comarcas de La Vega, El Aljarafe y Las Marismas. También se cultivan patatas nuevas en las provincias de Cádiz, Huelva, Málaga y Córdoba, hasta completar las 8.000 hectáreas que se siembran en Andalucía. Desde Asaja Sevilla destacan las propiedades de la patata nueva, “plena de sabor, saludable, que se recolecta y se comercializa durante la temporada, sin pasar por ningún proceso de conservación y en cantidades suficientes para abastecer al mercado nacional y europeo”.
En los últimos años el cultivo viene atravesando, al igual que en toda España, unas enormes dificultades, lo que está ocasionando una reducción muy significativa de la superficie sembrada. “Hemos pasado de las 257.000 hectáreas de cultivo registradas en España en 1992, a las 60.000 actuales, lo que supone una reducción del 77%. En el caso de Andalucía, de 23.500 hectáreas cultivadas en 2004, apenas sí llegamos hoy a las 8.000”, tal y como señalan desde Asaja Sevilla.
Esta bajada en la producción tiene una consecuencia directa sobre el empleo generado. Así, esta caída de la superficie cultivada supone una pérdida, sólo en empleos directos, del equivalente a más de 33.000 puestos de trabajo fijos en los últimos 25 años.