Marta Alcaide
El nuevo Plan Hidrológico se encuentra en periodo de consulta pública hasta el 20 de junio de 2025. Los documentos iniciales que conforman el proceso de planificación hidrológica de cuarto ciclo -periodo 2028-2033- están disponibles en la página web del Miteco.
Representantes del sector de diferentes ámbitos, desde la Federación Nacional de Comunidades de Regantes hasta los representantes territoriales y sectoriales, han expresado su desacuerdo y preocupación con diferentes puntos de este plan.
A nivel nacional: infraestructuras y producción de alimentos
La Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE) urge a revisar la planificación hidrológica para cubrir la falta de inversión en infraestructuras y garantizar la producción de alimentos.
Fenacore pide «aprender la lección de la DANA y revisar la planificación hidrológica para incrementar la inversión en obras hidráulicas, con un déficit de 3.000 millones de euros para laminar avenidas protegiendo a las personas y a los bienes materiales, garantizar el agua para riego y asegurar así la producción de alimentos».
«El inicio de la revisión de los planes hidrológicos marca el momento de hacer las alegaciones para defender el regadío, corregir el déficit de inversión en obras hidráulicas y garantizar el agua para todos, también para los regantes. Ahora tenemos la posibilidad de cambiar lo que no nos gusta», señala Juan Valero de Palma, presidente de Fenacore.
«Los regantes reconocen su preocupación por que en el nuevo ciclo de planificación hidrológica siga primando el ecologismo y la restitución de los ríos a su régimen natural, con unos caudales ecológicos que no han dejado de aumentar», subrayan desde Fenacore.
Castilla-La Mancha: «Ataque al sector primario»
En los documentos iniciales del Plan, «en casi todas las cuencas hidrológicas se viene desvirtuando o desvalorando la parte socio económica que genera el agua en el regadío”, Ruperto Mesas, Presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de Castilla-La Mancha.
“Este es un factor fundamental porque es su punto de palanca para poder justificar todas las barbaridades de restricciones y ajustes, y así, sobredimensionar los objetivos medioambientales apoyándose en esta cuestión. Si no fuera así, la propia directiva del marco del agua lo cambiaria o lo suavizaría”, declara Mesas. «Esto es un ataque al sector primario, sin medidas ni garantías ni nada», lamenta.
“Ya iniciado el 4 ciclo de planificación, los programas de medidas de cada plan hidrológico, apenas se han ejecutado -muy por debajo del 10% de su ejecución-. Con esto es imposible conseguir los objetivos de los planes hidrológicos. Esta va en perjuicio de los usuarios y de la sociedad y es responsabilidad de la administración hidráulica y del Gobierno de España”, declara Mesas.
Castilla y León: «Necesitamos formar parte de la toma de decisiones»
El presidente de la Asociación de Regantes de Aguas Subterráneas de Castilla y León, Armando Caballero, destaca que el agricultor «está haciendo lo que le corresponde», que es «ser eficiente en el uso del agua, además de responsable” en el control de su concesión.
Por eso las administraciones «deben cumplir su parte» y procurar que se regularicen todo tipo de situaciones, «y que no se pongan más trabas al profesional».
Por ejemplo, resulta «urgente» que los regantes estén informados de todo lo que les afecta en su día a día. «No podemos trabajar sin planificación. Necesitamos formar parte en la toma de decisiones. Sin agua no hay vida, pero el agua tiene que estar al servicio de las personas, no al revés», apunta Caballero.
En Aragón: «No podemos estar tocando las dotaciones constantemente»
En la Cuenca del Ebro, las reclamaciones giran en torno a dos temas: las nuevas dotaciones y al de la infraestructura.
“No queremos perder concesiones porque mañana no sabemos que va a pasar. Si hay que restringir, se restringe, pero sin perder nada y que la concesión se mantenga”, destaca Jesús Ángel Lamuela, Presidente de la Junta Central del Jalón.
“Nos podemos encontrar con sustos impensables, no solo de cara a la seguridad de las personas sino también a los cultivos. O hacemos infraestructuras nuevas o no podemos cumplir con todo lo que tenemos por delante. Las exigencias son mas gordas y nos estamos quedando atrás”, apunta.
“De cara a los regantes tradicionales, va a ser difícil cumplir todos los requisitos tanto de dotaciones como ambientales y de todo tipo para poder seguir siendo regantes. Tenemos que hacer un plan de futuro a medio y largo plazo, no de 4 años. No podemos estar tocando las dotaciones constantemente«, subraya Lamuela.