Ricardo Ortega
La plantación de patata avanza a buen ritmo en Andalucía, con ganas de hacer bien las cosas y de conjurar los fantasmas del pasado reciente.
Las zonas tempranas de Cartagena y Andalucía Occidental contaron el año pasado con una superficie similar a la de 2022, pero frente a producciones habituales de 45 toneladas por hectárea no llegaron en muchos casos a las 20.
Esta reducción de la producción trajo un segundo problema, una importante falta de calibre, consecuencia de la situación de sequía y de las restricciones aplicadas a los riegos.
Optimismo
El número de hectáreas volverá este año a ser similar y Javier Boceta, de Meijer, se muestra muy optimista respecto a la campaña, en términos agronómicos y también desde el punto de vista comercial: “Tenemos un producto muy demandado y contamos con un sector que se ha organizado, que rema en la misma dirección”.
En el área formada por Sevilla y provincias limítrofes, como Cádiz y Córdoba, se ha sembrado cerca del 80% de la superficie.
Costes de producción “disparados”
Al mismo tiempo que se mantiene ese espíritu, el sector no pierde de vista que los costes de producción “se han disparado” y que la campaña siempre está sometida a la espada de Damocles de la meteorología.
En la provincia de Sevilla, por ejemplo, la ‘ventana’ para poder cosechar no llega al mes y medio, entre principios de mayo y mediados de junio, de modo que si entra una borrasca el 1 de mayo y otra en torno al día 15 “nos podemos despedir de la campaña”.
Más allá del 15 de junio la patata no aguanta en el campo como consecuencia de las altas temperaturas.
¿Habrá suficiente semilla?
El año pasado las grandes zonas productoras de patata de siembra se vieron afectadas por fuertes lluvias, que retrasaron la siembra. Para colmo de males, las elevadas temperaturas de junio y julio impidieron que la tuberización fuera normal.
Así las cosas, este año se puede prever que en la UE haya una menor superficie de ‘semilla’, aunque con una mayor producción de tubérculo, ya que es muy difícil que se dé tal cúmulo de condiciones adversas.
Al analizar la situación hay que tener en cuenta que el coste de producir patata de siembra se ha incrementado entre 700 y 1.200 euros por hectárea.
