El III Congreso de Regadíos con Aguas Subterráneas puso de relieve cómo la cuenca del Duero se ha adelantado a las posibles consecuencias que podría traer consigo una declaración de mesa en riesgo. “La declaración de una masa en riesgo de no alcanzar un buen estado es una declaración que conlleva unas medidas muy drásticas en cuanto a obligación de todos los regantes a constituirse en comunidades de usuarios y a una limitación prácticamente inmediata de extracciones o dotaciones”, explica Sanz.
“En esta cuenca no se plantea a corto o medio plazo porque la evolución de los acuíferos se mantiene y estamos en una situación que no requiere esa declaración”, declara. Sim embargo, es importante “que los usuarios se conciencien de que hay que controlar los consumos y de que la constitución en comunidades de usuarios de aguas subterráneas es una herramienta que puede mejorar ese tipo de control y puede implicar que la masa de agua no empeore”, añade.
Para Sanz, si la cuenca no ha llegado a una situación de declaración de masa de agua en riesgo, como en el Guadiana, “es porque en el Duero a partir del año 2000 ya se limitaron mucho las extracciones en la zona central. Eso ha contribuido a que a partir de ese año la curva se estabilizara. Ahora hay limitaciones y las seguirá habiendo, sobre todo en cuestiones medioambientales. Pero pensamos que con el tema de las CUAS la situación pueda mantenerse”, señala.
Presente y futuro de las CUAS
El representante de la CHD analizó el presente y el futuro de las CUAS en la Cuenca del Duero. Durante la última campaña, desde la confederación ha realizado un seguimiento de lo sucedido en 37 CUAS y miles de parcelas. “Esta campaña se inició con la presentación de los planes de cultivo, que se han aprobado en los meses de abril, mayo y junio, por lo que hemos podido hacer un seguimiento de estos planes con teledetección”, explicaba Sanz.
Sanz explicó que actualmente existe “mucha disparidad” entre las CUAS constituidas, tanto en superficie-derechos aportados, como en los términos municipales que abarcan.
Por ello, desde el organismo se apuesta por la fusión de las CUAS más pequeñas, de modo que al unirse se conformen comunidades de entre 1.000 y 2.000 hectáreas como mínimo, para conseguir una gestión más eficiente del uso del agua.
Asimismo, el técnico de la CHD ha destacado la idoneidad de que, en aquellos términos municipales de una misma masa de agua, en los que ya se encuentren CUAS constituidas, los nuevos propietarios de parcelas y los titulares de derechos de aguas que quieran regar sus fincas en rotación, mediante la fórmula de las CUAS, se adhieran a alguna de las que ya estén constituidas sin necesidad de formar una nueva.
“Este año vemos que hemos ido de plazos de presentación mejor que otros años, pero también hemos observado que hay que mejorar otro tipo de cuestiones”.
