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martes, abril 22, 2025
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Las bodegas asumen que venderán menos a EEUU, y con menor margen comercial

España es el cuarto proveedor de vino a EEUU, con más de 67,3 millones de litros exportados y ventas superiores a los 362 millones. El gigante norteamericano es el segundo mercado en importancia para el vino español fuera de la UE, y el primero para sus espumosos

Ricardo Ortega

EEUU es uno de los destinos más relevantes para las bodegas españolas. Un gran consumidor de vino, y de vino de calidad, con elevado valor añadido. Por eso todas las bodegas tienen al gigante norteamericano en su punto de mira comercial, una meta que ahora se pone cuesta arriba.

Aunque parezca una paradoja, la buena noticia de lo que ha pasado esta semana “es que estamos ante un desastre general”. Lo dice Manuel Fariña, de Bodegas Fariña, marca emblemática de la DO Toro. Y se explica: “En el primer mandato de Trump las medidas se dirigieron contra vinos de Alemania, Francia y España, mientras que esta vez se dirige contra todos”.

El mayor perjudicado por todo lo que está pasando va a ser el propio consumidor norteamericano, “puesto que allí el sector elaborador no es capaz de atender toda la demanda y los precios van a crecer mucho”.

El bodeguero Manuel Fariña, de la DO Toro.

Para Fariña, las medidas adoptadas por Donald Trump van a afectar a todo el sector del vino, y no solo a quienes venden en aquel país, puesto que los flujos comerciales cambiarán y se estrechará más el espacio para todos.

Esta guerra comercial viene a sumarse a otros acontecimientos políticos, como el Brexit o las sanciones contra Rusia, con lo que son ya tres los grandes consumidores en los que se cierran las puertas. “Lo que está claro es que el vino siempre es moneda de cambio; siempre nos colocan en el punto de mira porque estamos muy relacionados con la cultura europea y porque estamos desunidos”, lamenta.

Para el bodeguero, una de las soluciones pasaría por incrementar el mercado interior, tanto europeo como español, “y sin embargo se pone al vino en el mismo paquete que otras bebidas alcohólicas”. A los malos datos de consumo en países como España se suman las modas de reducir el consumo de alcohol en países como Alemania o Dinamarca. Es una tendencia que se puede revertir, sobre todo “si contrarrestamos las campañas de lobbies europeos que nos quieren desestabilizar”, recalca.

Gestiones paralizadas

Dos de los principales importadores de Bodegas Lozano en EEUU se han puesto en contacto con este grupo, presente en Castilla-La Mancha y Rioja Alavesa, para que paralice todas las gestiones comerciales hasta al menos mediados de la semana próxima, que será cuando puedan compartir qué estrategia es la que han decidido seguir y analizar entonces  la situación de forma conjunta. Es momento de tomar aire y esperar a que el panorama se vaya aclarando.

Ágata Lozano, vicepresidenta ejecutiva de la compañía, destaca que estamos en un momento de incertidumbre, si bien ya se vivieron momentos difíciles con motivo de la pandemia de 2020 y del primer mandato de Trump, “aunque en 2018 los aranceles fueron mucho más selectivos por aplicarse solo a determinadas categorías de vinos”.

Ágata Lozano, vicepresidenta ejecutiva de Bodegas Lozano.

Lo que está claro es que las grandes perjudicadas van a ser las bodegas que deseen vender al otro lado del charco, “puesto que cada importador, según su posicionamiento en el mercado, tiene que analizar cómo repercutir ese 20%, incluyendo revisar las tarifas con la bodega”.

¿Cómo se ve la situación al otro lado? Aunque se sabe que el precio de venta al consumidor va a ser más alto, “quienes se dedican a la comercialización de los distribuidores en EEUU están más tranquilos”, apunta Lozano.

Cuando se vende vino en aquel país, el importador aplica su margen comercial y, sobre la cifra resultante, el siguiente intermediario calcula su propio margen, con lo que el efecto del arancel se va diluyendo. “Al final de la cadena, no pienso que sea el consumidor el que vaya a pagar un 20% más sobre el precio que estaba pagando hasta ahora”, recalca.

Plan de Respuesta

La Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE), por su parte, considera positivas las medidas de apoyo presentadas por el Gobierno.

El plan de respuesta y relanzamiento comercial trabaja en aspectos clave para el vino español como uno de los productos más afectados por la escalada proteccionista. Destacan todas las medidas de apoyo a la internacionalización de las empresas (el 99% de las bodegas españolas son pymes) y la promoción de nuestros productos, fuera y dentro de España. Cabe recordar que más de dos tercios del volumen de las ventas de vino (63,1%) se exportan.

En el encuentro que han mantenido representantes de los sectores más afectados con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la directora de OIVE, Susana García, ha solicitado “trabajar adicionalmente en otros ámbitos que afectan negativamente a la imagen del sector y sus productos” en referencia a políticas y proyectos de salud pública que están sobre la mesa del gobierno.

Al margen de las disputas comerciales

La Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) señala que las disputas comerciales nunca benefician a ninguna de las partes, especialmente entre países con profundos lazos históricos y una relación comercial consolidada durante décadas.

“España ha mantenido un intercambio estable con Estados Unidos, donde nuestros vinos han ganado reconocimiento y nos han posicionado como el cuarto proveedor en valor y el séptimo en volumen, con más de 67,3 millones de litros exportados y ventas superiores a los 362 millones de euros”, recuerdan desde la organización.

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