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viernes, octubre 4, 2024
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InicioCerealEl secano se enfrenta a un año de pérdidas

El secano se enfrenta a un año de pérdidas

Las zonas más frescas o con suelos más fuertes mantienen el tipo a pesar de la sequía, pero el balance global es muy duro, con muchas parcelas de 1.500 kilos en un año en el que los gastos se han convertido en una pesadilla. El regadío es el que presenta un escenario más saneado

Ricardo Ortega

La campaña del cereal está siendo un desastre en el conjunto de España, con unos agricultores que se remontan hasta 1992 para recordar una cosecha igual de mala. Las cosechadoras llevan casi un mes recorriendo el sur de la península y ya han empezado en Castilla y León.

Desde la Asociación de Comercio de Cereales y Oleaginosas, ACCOE, se prevé un descenso notable de producción respecto al año pasado, que ya de por sí mostró unas cantidades muy por debajo de la media. A escala nacional se observa una caída significativa de los rendimientos, con 1.530 kilos frente a los 2.430 de la pasada campaña y a los 3.320 de 2021.

La misma asociación estima para Castilla y León una producción de 1,8 millones de toneladas de trigo blando, lo que supondría una caída del 31,74%. En cebada se cosecharían 1,6 millones de toneladas, lo que significaría un descenso del 35%.

Los agricultores de la comunidad autónoma han dado parte a Agroseguro por unas 744.000 hectáreas en relación con el seguro de rendimientos. Entre los territorios con mayor incidencia destaca una muy cerealista, Valladolid, y también dos de las provincias más frescas y tardías, Burgos y Palencia, que probablemente entren en este ranking porque destinan mucha superficie a los cultivos de secano. Los peritos de Agroseguro llevan ya varias semanas tasando, con hasta 130 técnicos en campo.

Los daños por pedrisco superan ya las 45.000 hectáreas aseguradas, la mayor parte cereal de invierno de Burgos y Valladolid, aunque los daños se extienden por otros cultivos asegurados de todas las provincias como leguminosas, girasol, remolacha, patata o uva de vino. Unas 35.000 hectáreas han dado parte para segar cereal con destino a forraje.

Pendientes de los precios

El precio de los cereales de invierno y el maíz ha encadenado varias semanas de bajadas, hasta que las lonjas de Castilla y León han dejado de dar ‘precio’ en espera de que se generalice la cosecha. En todo caso, en los últimos días se ha sabido que la Bolsa de Chicago empezaba a subir los precios de maíz y cereal como consecuencia de la sequía en Norteamérica.

Ahora mismo los mercados están más pendientes de EEUU que de lo que suceda en Ucrania, aunque tampoco se puede olvidar que España ha comprado 5,7 millones de toneladas (sobre todo maíz y trigo) al país eslavo a través del corredor abierto por Rusia en el Mar Negro. No se puede dejar de ver el telediario ni un solo día.

1.000 kilos en Castilla y León

Las zonas más tempranas de Castilla y León, como Ávila o el sur de Valladolid, están cogiendo unos mil kilos por hectárea. “Teniendo en cuenta los precios de las lonjas, y aun incluyendo la ayuda de la PAC, el agricultor no va a poder pagar ni el fertilizante”, apunta Víctor Arribas, de El Carpio (Valladolid). La situación es muy similar en pueblos como Bobadilla del Campo o Velascálvaro.

En Benafarces (Valladolid) las cebadas pueden dar una media de 1.000 o 1.200 kilos por hectárea. “Las que peor están son las primeras en ser sembradas”, apunta el agricultor Luisma Palencia.

Hay muchas malas hierbas. En Pollos (Valladolid) se ha empezado con la siega de la cebada, con unos rendimientos medios de unos 1.500 kilos por hectárea. Con algunos problemas para cosechar, ya que algunas tormentas habían tumbado los cereales.

En Alaejos (Valladolid), Juan Sandonís destaca que ha tenido la siembra más cara de la historia, seguida por una sequía terrible y con unos precios que han bajado cada semana, hasta que las lonjas han dejado de dar ‘precio’ de los cereales de invierno.

En la comarca la cebada no va a llegar a los 1.500 kilos y el trigo de secano se quedará bastante por debajo. “Hay mucho ataque de hongos y estamos tratando como podemos”, señala.

Noticias positivas en la Campiña Segoviana

También hay zonas de suelos fuertes, que aguantaron bien la falta de lluvia y que han dado algunas noticias positivas. En Montejo de Arévalo, en plena Campiña Segoviana, Alfonso Hernández ha cosechado 70 hectáreas, de las que unas 40 han dado más de 2.500 kilos por hectárea. De ellas, ha tenido una parcela de 5.000 kilos en un régimen de secano estricto.

Estamos hablando de una zona de suelos fuertes, “negros”, donde la planta del cereal está tan asentada que ha ganado en la competencia con las adventicias. En secano, una de las claves ha estado en el suelo (una zona privilegiada entre Tolocirio, Montejo de Arévalo, Donhierro y San Cristóbal de la Vega), pero también en la fecha se siembra. “Las cebadas de secano estaban todas sembradas el 20 de diciembre”, recuerda.

De las otras 30 hectáreas que ha cosechado, la media está entre los 1.000 y los 1.500 kilos. De este modo, hasta ahora ha tenido una media en torno a los 2.200 kilos, lo que le ha llevado a tomar una decisión respecto al seguro: renunciar al seguro integral, ya que la indemnización se calcula sobre el conjunto de la explotación y este año él se va a salvar del desastre.

De los trigos de regadío, espera obtener más de 5.000 kilos en todos ellos. Las cebadas que ha podido regar estarán entre los 5.000 y los 6.000 kilos.

Malas hierbas y rebrotes

En la provincia de Palencia, la localidad de Astudillo marca el límite entre Tierra de Campos y el Cerrato. Alberto Nebreda destaca la presencia de malas hierbas y rebrotes de cereal como consecuencia de la lluvia, que complican la cosecha.

Con todo, en las primeras parcelas ha cosechado una media de 2.000 kilos por hectárea. Eran parcelas más frescas, situadas en el valle, de modo que espera un comportamiento peor en las tierras del páramo.

Dadas las fechas en las que estamos, el agricultor tiene que asumir que cosechará con esas adventicias y esos rebrotes. “Tendrá que hacerlo cuando el grano esté lo suficientemente seco como para asumir la humedad que aportan, puesto que de lo contrario puede tener problemas a la hora de almacenar”, señala. En algunos casos va a ser una misión “muy complicada”.

Mientras tanto, el cereal de regadío está muy verde en esta comarca, regada por el Canal del Pisuerga. Podría empezar a cosecharse en la segunda mitad de julio. Para este cereal puede ser un año normal, si bien con algunos puntos afectados por el pedrisco, e incluso por escorrentías importantes. “En algunos sitios han caído más de 70 litros en una hora, y eso no hay suelo que lo aguante”, subraya Nebreda.

Costes disparados

Raúl Lozano, agricultor de Hinojosa del Campo (Soria), destaca que los agricultores no saben qué producción van a tener. “Los gastos han superado los 800 euros por hectárea y los ingresos no van a alcanzar ni la mitad, sumando ventas y ayudas de la PAC”, lamenta.

Son más de 400 euros de pérdida por hectárea, y en la comarca de Campo de Gómara la explotación media es de 200 hectáreas. “El campo está muerto”, denuncia Lozano, “y el que peor lo tiene es el ganadero en extensivo”.

Desde la abulense comarca de la Moraña, Luis Corona destaca la “tormenta perfecta” de unos gastos de producción disparados y una cosecha más que deficiente. En su comarca cayeron más de 200 litros desde el 26 de mayo, cuando el cereal ya estaba seco. “El agua solo ha beneficiado a las malas hierbas”, lamenta. El herbicida que aplicó en su momento ya no ha hecho ningún efecto y el cereal que rebrota “se arrebata” y no sirve para tener producción.

El agua no ha servido para que la planta granara mejor. Los hongos proliferan, tanto en las espigas como en la paja, que está “pasmada”, y cultivos como la colza o el guisante padecen tal nivel de ataque que la vaina se abre.

Ha empezado a cosechar. En alguna parcela más fresca ha tenido 1.500 kilos por hectárea, “pero parece que vamos cosechando arroz”.

La cebada está seca, pero por debajo aparece el retoño de colza sembrada hace tres años.

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