spot_img

La publicación agraria líder

domingo, julio 20, 2025
spot_img
InicioCerealANÁLISIS | Los precios "ruinosos" del cereal y los altos costes hacen...

ANÁLISIS | Los precios «ruinosos» del cereal y los altos costes hacen que muchos agricultores aún se lo piensen

Las lluvias siguen retrasando las siembras de los cereales de invierno, aunque hacen prever una buena cosecha en el conjunto de España. El cultivo más sembrado es la cebada, que supone el 50% de la producción total

José Ramón Díaz de los Bernardos

Estas semanas nos encontramos inmersos en el cultivo de los cereales de invierno y las consecuencias de las lluvias de octubre ha hecho que la tierra esté preparada para enraizar de mejor forma.

Hay buenas perspectivas para esta campaña. Las lluvias generalizadas del mes de octubre, «con más de 100 litros en provincias como Ciudad Real y en algunos sitios hasta 200 litros», han sido lo mejor que le ha podido pasar a nuestro campo. Hacía muchos años que no empezábamos así; desde este mismo momento la tierra queda preparada para echar el fertilizante y luego sembrar, como señalan desde Cooperativas Agroalimentarias.

Aunque el porcentaje del cultivo es difícil de conocer, como mucho hay un 30% sembrado cuando, en años anteriores, finalizando el mes de octubre se tendría entre el 45% y el 50%. Se confía en que el resto del año sea «normal» en cuanto a lluvias se refiere.

Se estima que hay un retraso mínimo de 15 días en la campaña de siembras de este año, aunque las condiciones son excelentes. Con las temperaturas y con la humedad que existe, se garantiza que la planta se pueda ir desarrollando.

Una vez iniciado el periodo de invierno se paralizará la planta, aunque comenzará su desarrollo radicular: la raíz empieza a generarse y desarrollarse con el objetivo de que, cuando la planta vaya creciendo y empiece a echar el grano, pueda alimentarse de los nutrientes y agua del suelo.

Asfixia

Mientras tanto, el sector agrario afronta una campaña de siembra repleta de riesgo e incertidumbre por la inacción y la falta de medidas que protejan el producto nacional. Ante esta situación de hartazgo y asfixia que sufren los agricultores.

Desde Asaja se recuerda que las movilizaciones de febrero se paralizaron porque el Gobierno firmó con algunas organizaciones agrarias un documento de 43 medidas que no han servido para nada. “Asaja no firmó ese documento porque lo consideró claramente insuficiente y ahora lo estamos comprobando con un escenario desolador, precios por los suelos y pérdidas que ponen en riesgo no solo las explotaciones”, apuntan. 

A este escenario para los agricultores se unen los altísimos costes de producción de los fertilizantes y fitosanitarios, que junto a los bajos precios que tienen los cereales hacen que los agricultores se piensen cambiar a cultivos leñosos en comunidades como Castilla-La Mancha.  En aquella región la tendencia que gana enteros es la de plantar olivar; de hecho, ya existe más superficie de olivar que de viñedo.

Habrá siembra de cereal en Alicante

Asaja Alicante ha destacado la importancia de las últimas lluvias caídas en el campo de la provincia tras la sequía extrema que se viene sufriendo este último año.

Unas precipitaciones que aportan un atisbo de esperanza en los agricultores, especialmente a los que se dedican a cultivos de secano como el cereal, cuya última campaña fue en blanco por no haberse podido sembrar: la tierra estaba tan seca que ni siquiera pudieron establecerse raíces.

Los cerca de 80 litros/m2 caídos en la zona norte de la provincia, donde encontramos olivos, cerezos, almendros, uva de mesa y vid, entre otros cultivos, se han visto favorecidos por esta agua que alivia un poco la extrema sequedad de la tierra, aunque el secretario técnico de Asaja Alicante, Ramón Espinosa, puntualiza que “todavía falta mucho para que se pueda recuperar y las cosechas sean productivas”.

En Elche, la lluvia ha repercutido favorablemente en las hortalizas de invierno como la alcachofa o la coliflor, revitalizándolas para su desarrollo en la mata.

Tras las restricciones al regadío impuestos por la CH del Segura hace una semana, hecho que Asaja criticó por la falta de previsión y por comprometer la rentabilidad de los agricultores que ya tenían sus hortalizas de invierno plantadas, las lluvias de unos 30 litros por metro cuadrado en algunos municipios de la Vega Baja ponen un poco de luz a una situación alarmante.

«Esta lluvia y la que pueda venir los próximos días son un respiro para la huerta tradicional: limpian el polvo acumulado en el campo y rebajan el estrés hídrico”, asevera José Vicente Andreu, presidente de Asaja Alicante. «La lluvia cuando caen más de 30 litros por metro cuadrado permite que los árboles y las plantas, además de rebajar el estrés hídrico, respiren mejor», añade.

Respecto a los cítricos, aunque cuesta más que cale el agua que en las hortalizas, Andreu asegura que estas precipitaciones «le han ahorrado» una semana de riego en su explotación de limones, naranjas y pomelos de Torremendo (Orihuela), hecho crucial ante la escasez hídrica que se está viviendo por la falta de gobernanza hídrica estable que existe en este territorio. Además, los cítricos que están en el árbol aumentan el calibre y eso tiene beneficios a la hora de su comercialización.

NOTICIAS RELACIONADAS
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img
spot_img