Decenas de agricultores de Castilla y León se han desplazado a Valladolid este viernes para concentrarse ante la Delegación del Gobierno en defensa de la producción cerealista.
La movilización, convocada de manera conjunta por Asaja y la Alianza UPA-COAG, ha reunido a cientos de profesionales agrarios de la región bajo el lema ‘Costes, importaciones y especulación arruinan nuestra producción’.
Este mensaje resume la “tormenta perfecta” que mina la rentabilidad de las explotaciones: costes de producción elevados, importaciones “descontroladas” de grano sin arancel que hunde los precios y un “mercado especulativo” que aprovecha la disponibilidad de cereal extranjero asequible para condicionar las operaciones con los agricultores nacionales.

Según ha manifestado el palentino José Luis Marcos, «los agricultores que tenemos como base el cereal, que somos la mayoría, estamos asfixiados, porque a estos precios que nos están pagando no nos salen los números, ni aunque este año haya habido rendimientos aceptables».
Marcos ha añadido que los precios bajos, sin embargo, no repercuten en una bajada en los piensos para alimentar a la ganadería. De hecho, según los datos del Ministerio de Agricultura, los alimentos del ganado cuestan hoy entre un 22% y un 36% más que en 2020 (depende del tipo de pienso), mientras los cereales no recogen esa subida, ni siquiera la mitad (en el periodo 2020-2024, su revalorización ronda el 12%).
Leve subida en las cotizaciones
El presidente de Asaja en Palencia también afirma que esta situación no solo perjudica al sector agroganadero, sino que se está produciendo un daño en términos de empleo y renta en el conjunto de la sociedad, en especial en el medio rural, que se resiente de «unos precios imposibles para plantearse una sementera con unas expectativas mínimas de rentabilidad».
La leve subida de la cotización del cereal las últimas semanas (la tonelada de trigo se paga a 214 euros, tras tocar suelo hace un mes en el umbral de los 200 €/t) “no debe distraer sobre la gravedad de la situación” del cereal en la región y en España.

En Castilla y León se han cultivado esta campaña 400.000 hectáreas menos de cereal que en la de 2021, síntoma de los problemas de rentabilidad de estos cultivos esenciales en toda la región.
“Como recoge el lema de la concentración, los costes de producción elevados son causa directa del problema, pero no la única. Según datos del propio Ministerio de Agricultura, los precios pagados por los agricultores por los insumos han crecido de media a fecha de hoy el 25 % desde 2020. Por tanto, aplicando ese porcentaje a los precios que el cereal tenía en 2020, se ve claramente que cotizan muy por debajo de lo que correspondería”, señalan desde la organización agraria.
El precio de los insumos
Desde Asaja se habla de un incremento de costes medio (+24,7%), pero hay varios insumos que han aumentado mucho más, como reconoce el propio Ministerio en su índice de precios pagados por los bienes y servicios agrarios, y que tienen una repercusión importante en el cultivo del cereal para obtener rendimientos aceptables, tales como los fertilizantes, que han subido el 45 % desde 2020; o los carburantes, que se pagan hoy el 49 % más caros que hace cuatro años, siempre según datos oficiales.

“Si aplicásemos esa inflación de costes reales que exige el cultivo del cereal, desde luego que los mínimos precios rentables para el trigo y la cebada deberían estar hoy más bien alrededor de los 300 euros/t y 260 €/t, respectivamente”, subrayan.
El problema, sin embargo, no es solo ese coste elevado, sino el contexto de un mercado adulterado por la entrada “incontrolada” de cereales sin arancel, consecuencia de las medidas de apoyo de la UE a Ucrania. “En ese río revuelto de la entrada masiva de grano en los puertos españoles pescan los especuladores para ofrecer al productor nacional un precio que alude a otro grano, pero de leguminosa: son lentejas, si quieres lo vendes, si no lo dejas… en la nave. ¿Hasta cuándo