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sábado, abril 27, 2024
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La Comisión Europea mueve ficha pero no acalla las protestas

Europa propone ligeros cambios en las BCAM más polémicas, pero no responde a la magnitud de unas manifestaciones que han hecho templar los despachos

Ricardo Ortega

Las protestas de agricultores y ganaderos harán que el invierno de 2024 sea recordado como un punto de inflexión: cuando el campo echó un pulso a los despachos y consiguió que la Unión Europea moviera tímidamente su posición.

Las protestas han sido masivas en toda la UE, y en España han tenido el matiz de ser en cierto grado espontáneas, convocadas al margen de las organizaciones agrarias.

Estas se han sumado a las tractoradas, y en buena medida las han conseguido canalizar, lo que era la condición previa para pisar moqueta y hacer aquello para lo que fueron creadas: ejercer la interlocución ante quienes toman las decisiones.

Así ha sido el proceso para conseguir un logro histórico: que Europa se replantee la relación entre agricultura y medio ambiente. En la mente de muchos están las elecciones para renovar un Parlamento Europeo que cada día tiene más atribuciones, con la amenaza de que aumente la representación de quienes cuestionan la PAC y la propia existencia de la UE. Esa es la sombra que planea sobre los despachos. En España se vota el 9 de junio.

Relajar las exigencias

El Consejo de Ministros de Agricultura ha reclamado “agilidad” y “concreción” a quien de verdad toma las decisiones, la Comisión Europea, que ya plantea más concesiones al campo con la relajación de las exigencias y la reducción de las inspecciones.

Las medidas propuestas buscan, por fin y después de mucha pelea en la calle, reducir la carga administrativa que constituye una de las grandes quejas del sector.

En un plazo más largo, Bruselas estudia pedir a los Estados que revisen los reglamentos básicos de la PAC para facilitar el trabajo de los pequeños agricultores. Así lo indica la propuesta remitida al Consejo de Ministros de la UE.

En el punto de mira están las BCAM, las Buenas Condiciones Agrícolas y Medioambientales, que son requisitos mínimos de compromiso medioambiental para recibir los pagos directos de la PAC. Bruselas finge que se ha caído de un guindo y reconoce que esos estándares básicos son “difíciles de aplicar en algunas circunstancias”, por lo que se muestra dispuesta a rectificar.

Propone revisar cuáles son las prácticas agrícolas posibles durante los periodos “sensibles” a la hora de cumplir la obligación de cobertura mínima de suelo (BCAM 6), de modo que estas condiciones se vuelvan más flexibles.

También quiere aclarar los términos “fuerza mayor” y “circunstancias excepcionales” para que puedan recibir las ayudas aquellos productores que no puedan cumplir los requisitos de la PAC por situaciones excepcionales e imprevisibles, como sequías o inundaciones.

La reflexión también se dirige a aliviar la carga administrativa de los pequeños agricultores. Como la posibilidad de eximir a las pequeñas explotaciones, de menos de diez hectáreas, de los controles vinculados a las BCAM. Una medida que simplificaría “significativamente” el trabajo diario de pequeños agricultores, que representan el 65% de los beneficiarios de la PAC.

Tocará hablar sobre tierras de barbecho, rotación de cultivos y cobertura mínima de suelo.

Flexibilidad

El comisario europeo de Agricultura, Janusz Wojciechowski, ha propuesto convertir en voluntarias varias condiciones, como el mantenimiento de tierras en barbecho, la rotación de cultivos, la cobertura mínima del suelo en los periodos más ‘sensibles’ y el mantener estables las superficies de pastos permanentes.

El comisario señala que cuenta con el respaldo de los dos órganos que legislan en la UE (Consejo y Parlamento) y que el reglamento de la PAC se podría modificar incluso antes de las elecciones europeas.

La visión española

Fuentes del Ministerio de Agricultura consideran que se va “en la dirección adecuada” y que la Comisión Europea “ha entendido las preocupaciones españolas”, lo que se en el documento sobre propuestas de simplificación.

Ese documento de la Comisión Europea “ha aceptado eliminar los controles de la condicionalidad por la alta carga burocrática que implica para las explotaciones de menos de 10 hectáreas de superficie, una medida que beneficia al 55% de los agricultores españoles que perciben ayudas de la PAC, unos 345.000”, según el ministro Luis Planas.

El ministro se ha atribuido el mérito de una propuesta “que va en buena línea para resolver cuestiones que preocupan, como las excesivas exigencias de la condicionalidad reforzada, la complejidad de aspectos como las fotos georreferenciadas o la necesidad de un buen funcionamiento de la cadena alimentaria”.

Controles de condicionalidad

En las medidas que tienen que ver con la simplificación de la presentación de las solicitudes de la PAC, ha destacado la eliminación de los controles de la condicionalidad por la alta carga burocrática que implica para las explotaciones de menos de 10 hectáreas.

España ha propuesto que, además, para paliar los problemas que plantea la condicionalidad reforzada, se deroguen las reglas sobre rotación de cultivos y barbecho para la campaña 2024, además de simplificar los informes de evaluación y rendimiento.

Según el ministro, la Comisión ha entendido la necesidad de flexibilizar la BCAM 6 (cobertura mínima vegetal para evitar suelos desnudos en los periodos más sensibles), la BCAM 7 (rotación de cultivos) y la BCAM 8 (destinar un porcentaje mínimo de la superficie agrícola a superficies no productivas).

En línea con la simplificación burocrática de la PAC, España y otros países comunitarios han solicitado simplificar el requisito de las fotos georreferenciadas, ya que suponen una importante carga para los productores.

A pesar de esta valoración, el ministro ha considerado que es necesaria mayor rapidez en la aplicación de las medidas, especialmente en las que requieren una modificación de los reglamentos base, ya que está a punto de concluir la legislatura europea y ha recordado que los agricultores y ganaderos esperan soluciones urgentes.

El ministro ha señalado que la reapertura del reglamento base debe implicar también una reflexión sobre los cambios que cabe introducir en una PAC que fue diseñada en un contexto muy diferente al momento actual, con unos agricultores y ganaderos muy afectados por el incremento de costes y otras dificultades derivadas de la guerra en Ucrania y del cambio climático.

Un gran pacto europeo

El ministro ha planteado la necesidad de realizar un nuevo gran pacto europeo por la agricultura y el medio rural como la mejor forma de dar respuesta a las preocupaciones de los agricultores y ganaderos que se movilizan en las últimas semanas.

“Nos encontramos ante un gran desafío europeo que requiere una gran respuesta europea”, ha asegurado.

El ministro ha explicado que este gran pacto para situar la agricultura en la primera línea de debate debe poner al día los cinco principios básicos recogidos en el tratado fundacional de la Política Agraria Común hace 60 años.

Los agricultores y ganaderos, ha explicado Planas, “ven la nueva PAC como una dificultad adicional y no como una solución”, por lo que ha considerado necesario realizar todos los esfuerzos posibles para que la UE dé respuesta real a las necesidades del sector.

Rentabilidad

El ministro ha señalado que la lucha contra el cambio climático, la preservación de la biodiversidad y la rentabilidad de las explotaciones son elementos positivos, sobre todo para la actividad agraria que padece las consecuencias de las adversidades climáticas, “pero debemos realizarlos de la mano”.

Los cinco objetivos fundacionales de la PAC son incrementar la productividad agrícola, procurar un nivel de vida equitativo para los agricultores, la estabilización de los mercados, la seguridad en el abastecimiento de alimentos y que estos tengan unos precios razonables para los consumidores.

Dos cuestiones fundamentales

Luis Planas ha trasladado al Consejo otras dos cuestiones fundamentales para dar respuesta a las preocupaciones del sector: el buen funcionamiento de la cadena alimentaria, para que todos los eslabones obtengan una adecuada remuneración, y la habilitación de fórmulas para que las importaciones de alimentos estén sujetas a las mismas exigencias que están obligados a cumplir los productores europeos, las denominadas ‘cláusulas espejo’.

En relación con la directiva sobre prácticas comerciales desleales, ha valorado que se haya presentado un documento de modificación para incluir la prohibición de las ventas a pérdidas como aparece en la ley de la cadena alimentaria española. “Nos parece importante que la Comisión anuncie que en la próxima legislatura tiene intención de introducir legislación a este respecto. La ley de la cadena española ha sido un salto formidable. Ahora necesitamos otro a nivel europeo”, ha destacado.

Respecto a las importaciones de terceros países, ha reiterado que España va a defender las cláusulas espejo para que productos que no están autorizados en la UE no puedan ser utilizados en los que lleguen al mercado comunitario. España fue uno de los pioneros en solicitar ya hace unos años su implantación y el ministro ha subrayado que cuando “la demanda es justa y contamos con argumentos, como es el caso, hay que ser constantes ante las instituciones comunitarias”.

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