Ricardo Ortega
La mayoría de las bodegas españolas ha conseguido acabar la vendimia antes de que cambiara el tiempo y las lluvias se generalizaran. Habrá menor producción que otros años, pero con sanidad y con unas cualidades que permitirán elaborar vinos de calidad.
Según los datos recopilados por el Ministerio de Agricultura, los principales productores han informado de una recolección de uvas de mayor potencial que las del año pasado.
El tiempo cálido ha contribuido a una buena calidad de la fruta, con una buena maduración y una excelente cantidad de azúcares, como ha sucedido en la DOP Cebreros, en la provincia de Ávila, donde se han recolectado 900.000 kilos, con un descenso de producción de un 20%.
En su balance, los responsables del consejo regulador destacan las escasas precipitaciones del invierno y prácticamente toda la primavera. La situación mejoró entre la mitad de mayo y la mitad de junio, con las ansiadas lluvias, y el verano fue seco, “aunque no extremadamente cálido”.
Las lluvias de septiembre hicieron parar durante unos días la vendimia, pero ayudaron a la uva a mantener la acidez y contener el grado alcohólico.
La campaña más temprana
Las bodegas de la Denominación de Origen Cigales han recibido 7,7 millones de kilos de uva. Ha sido la campaña más temprana de la historia de la DO, puesto que arrancó el 28 de agosto en Cubillas de Santa Marta con la uva blanca.
Vinos jóvenes y de guarda
La DO Rueda ha concluido la vendimia con 130,5 millones de kilos, unos 33 millones menos que el año anterior. Para el Consejo Regulador, la añada de 2023 presenta un gran potencial tanto para vinos jóvenes como para elaboraciones de guarda.
Las condiciones climáticas, “con mucho calor en agosto y precipitaciones intensas a principios de septiembre, han permitido la correcta maduración del fruto”, que se presenta en óptimas condiciones sanitarias.
El estrés de la uva
En la zona de Montilla-Moriles, en Córdoba, se han obtenido 26,25 millones de kilos de uva blanca, un 10% inferior a la campaña pasada.
La sequía y el calor pasaban factura, igual que en Castilla-La Mancha. El agricultor José Ramón Díaz de los Bernardos destaca que las variedades tempranas (fundamentalmente las internacionales y la tinta cencibel, versión local de la tempranillo) han sufrido un “importante descalabro” productivo con mermas entre el 40-50%, “al haberlas vendimiado en condiciones estresantes”, con disminución del rendimiento agronómico.
Al mismo tiempo, el estado de la uva ha sido muy bueno, “tanto por sus condiciones sanitarias como por un correcto equilibrio azúcares/acidez”.
Mientras tanto, el inicio de la vendimia de la variedad Airén, “la mejor adaptada a las condiciones edafoclimáticas de La Mancha”, coincidió con el paso de la DANA, “que en la mayoría de los casos ha beneficiado el estado hídrico de la vegetación”.
Aunque la merma en producción también es clara en esta variedad, no ha sido tan pronunciada.
Cada año más adelantado
El director técnico de la DO Arribes, el leonés Carlos Capilla, apunta que en esta comarca repartida entre Zamora y Salamanca la vendimia se adelanta cada año.
Este año el adelanto ha sido de unos diez días, si bien con unas uvas que estaban “en su punto”.
Para Capilla, el hecho de que los últimos veranos hayan sido más cálidos y secos ha provocado que las últimas añadas hayan terminado siendo “un poco más cálidas”.
La cantidad de uva es “similar a la de un año medio en la Denominación de Origen Arribes”.
Destaca una menor graduación de alcohol, factor muy valorado por la DO, ya que ha habido ocasiones en las que “los vinos se escapaban un poco de grado alcohólico”.
El equilibrio en acidez y en alcohol, y también el equilibrio en los mostos, está anunciando que la vendimia de 2023 será “positiva”.
Además, las bodegas ya están adelantando que esta vendimia ha sido “mejor que la del año pasado”.
