La Junta de Andalucía ha advertido de una presencia relevante de gusano de alambre y hongo ‘helmistosporium’ en el cereal. En concreto, la Red de Alerta e Información Fitosanitaria ha advertido de ataques en la provincia de Córdoba.
En el primer muestreo de la campaña se han detectado dos problemas en lo que se refiere a plagas y enfermedades. Por un lado el gusano de alambre, que ha tenido poblaciones considerables, y por otro el hongo ‘helmistosporium’, que ha estado presente en muchas de las parcelas en estudio.
El estado fenológico dominante en el cereal alcanza las 3-4 hojas desplegadas, con un 86% de la superficie, seguido de 1-2 hojas desplegadas.
Los cereales de invierno se encuentran en desarrollo de las primeras hojas en el caso de las siembras más tempranas y más de 5 hojas en las siembras más tardías. Por norma general la nascencia ha ido bastante bien en todas las parcelas, ha llovido bastante en las fechas adecuadas y la tierra ha conseguido un nivel de humedad óptimo para la nacencia de las semillas.
Se contabiliza una media de 350 plantas/m2 (357 el año pasado por estas fechas). Se suele alcanzar un máximo de 355 plantas/m2.
Esta semana las temperaturas medias han registrado valores en torno a los 12-14ºC, las máximas alcanzaron valores en torno a los 15-18ºC y mínimas sobre 2-4ºC. Se han producido abundantes precipitaciones, lo que supone la apertura del año en lluvias de este año.
Según indica la previsión meteorológica, las temperaturas de la semana próxima estarán comprendidas entre los 14-16ºC de máxima y 4-6ºC de mínima hasta el viernes. Seguirán las precipitaciones, pero de manera algo más dispersa que la semana anterior. Los vientos serán de dirección variable, de flojos a moderados, con rachas de hasta 25 km/h.
La incidencia de gusano de alambre en los cereales se observa en la mayoría de las parcelas de la provincia, en mayor o menor intensidad, y está presente en la mayor parte de las parcelas muestreadas.
La media provincial fue de 1’11% de plantas muertas. Se detectó presencia de este agente en el 87% de las parcelas cordobesas que fueron muestreadas (sobre 32). La ZB que alcanzó una media más elevada fue Campiña Baja Central, con 1’42% de plantas muertas.
Los Gusanos de Alambre, también conocidos como ‘orovivos’ o ‘doradillos’, pertenecen al orden de los coleópteros, familia Elateridae. Las especies más comunes de gusanos de alambre encontradas en Andalucía son: A. curtus, A. sordidus, A. hispalensis y Drasterius bimaculatus.
Los gusanos de alambre atacan tanto a la vegetación espontánea como a numerosos cultivos, tales como: algodón, cereales, girasol, remolacha, soja, tabaco, patata, tomate, zanahoria, otras hortícolas, praderas etc.
Los adultos miden entre 7 y 15 mm de longitud, de cuerpo alargado, las alas anteriores o élitros son rígidas, generalmente de color marrón oscuro, con unos surcos longitudinales estrechos.
Los huevos tienen forma esférica y son de color blanco, de 0’50 mm de diámetro. Las larvas miden entre 3 y 25 milímetros, y son inicialmente de color blanquecino, pasando por tonos marrones y finalmente amarillo anaranjado, la cabeza es marrón oscura y cuentan con tres pares de patas cortas poco desarrolladas. La larva se caracteriza por tener una cutícula dura que le proporciona bastante rigidez. La pupa es de color blanco y se encuentra enterrada en el suelo dentro de una cámara pupal terrosa.
Su ciclo biológico dura entre 1 y 5 años, de los cuales la mayor parte son de vida larvaria subterránea. Una vez alcanzado su máximo desarrollo larvario, en otoño pasa a la fase de pupa enterrada a una profundidad entre 40-60 cm. En unas semanas aparecen los adultos, los cuales permanecen enterrados durante el invierno, saliendo a la superficie en la primavera siguiente. Son de actividad nocturna.
Cada hembra pone entre 150 y 200 huevos en la capa superficial del suelo, en grupos de unos 20 huevos, cerca de las plantas, prefiriendo los suelos húmedos. Tanto los huevos como las larvas son sensibles al calor y a la baja humedad relativa, por lo que en verano éstas suelen profundizar en busca de humedad.
Las larvas en los primeros estadios de desarrollo se alimentan de materia orgánica, convirtiéndose en fitófagas más adelante. El desarrollo larvario es muy lento, durando entre 1 y 4 años. La dispersión de este insecto es muy limitada.
Los adultos de algunas especies no tienen alas y otros a pesar de tenerlas apenas pueden volar, por lo que recorren cortas distancias.
Los daños de esta plaga solo son producidos por las larvas. Después de la siembra o plantación, las larvas se dirigen a las semillas germinadas o las plántulas recién nacidas, mordiendo las raíces y los tallos por debajo de la tierra y a menudo provocando la muerte de las plantas, lo que obliga a resembrar o replantar parcial o totalmente la parcela según el grado de daño.
En plantas desarrolladas pueden afectar su sistema radicular, debilitándolas y permitiendo la entrada de enfermedades.
Los daños son más intensos en suelos húmedos, pudiendo ser muy graves si el número de larvas es elevado. Los síntomas suelen aparecer por rodales dentro de la parcela.
Es muy importante conocer el historial de daños en la parcela como indicador del riesgo, ya que las poblaciones y los daños tienden a ser continuados y crecientes si no se interviene específicamente contra esta plaga.
Puede hacerse un muestreo previo a la siembra colocando cebos en puntos localizados y distribuidos por la parcela. Estos consisten en enterrar a unos 20 cm de profundidad 50-100 gramos de trigo o maíz. Estos granos se destapan a los 7 días y se cuentan las larvas presentes, siendo un buen indicador de riesgo.
¿Qué hacer?
Teniendo en cuenta la duración del ciclo de esta plaga, su control debe mantenerse durante varios años y se basa principalmente en el empleo combinado y preventivo de distintas prácticas culturales, como:
-Destrucción de la vegetación espontánea y del rastrojo del cultivo anterior con suficiente antelación a la siembra o plantación.
-Laboreo del terreno en el periodo de la puesta de huevos (marzo-abril-mayo). De este modo quedan al descubierto los huevos y las larvas recién nacidas, reduciéndose su población dada la escasa resistencia que ofrecen al calor y a la sequía.
-Incluir en la rotación cultivos que exijan laboreos frecuentes; ya que, además de dañar directamente a los huevos y pupas, deja al descubierto las larvas para que sean depredadas por los pájaros.
-Evitar cultivos precedentes que favorezcan poblaciones altas de gusano de alambre: cultivos permanentes (praderas) y aquellos que en primavera presentan abundante cubierta vegetal y ausencia de laboreo.
Dentro de los medios biológicos, como enemigos naturales se encuentran algunas aves y micromamíferos. Existen algunos himenópteros parasitoides, hongos entomopatógenos que parasitan tanto a larvas como a adultos, y otros enemigos naturales como coleópteros de las familias Carabidae y Estafilinidae, así como la hormiga depredadora Aenichus pachycerus.
En el caso de tener que utilizar insecticidas entre las distintas formulaciones no existen productos autorizados para ser aplicados en la semilla, tras la retirada de imidacloprid. En cualquier caso, solo se podrán emplear los productos fitosanitarios autorizados según el Registro Oficial de Productos Fitosanitarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Helmintosporium
La media provincial observada en las Estaciones de Control Biológico (ECB) de la RAIF, es de 2´65% de superficie de planta con síntomas (este es el primer muestreo de campaña). Se registra un máximo de 3,86% en Campiña Baja Oriental. Respecto a la dispersión, la enfermedad aparece en el 21,74% de las parcelas muestreadas.
Los síntomas se detectan exclusivamente en cebada, especie donde la media provincial alcanza el 19´2% de superficie de planta con síntomas.
Esta enfermedad de origen fúngico afecta fundamentalmente a cebadas, siendo el principal agente causal ‘Dreschlera teres Sacc.’, del que se distinguen dos formas por las lesiones foliares que producen. Otras especies de Dreschlera, que es sinónimo de Helmintosporium, afectan a cebada, avena y trigo.
Aunque se localiza en todo el mundo, es en zonas con alta pluviometría donde su prevalencia es mayor. Las lesiones que produce tienen forma alargada u oval y generalmente son de color café oscuro. Al madurar la lesión, el centro se vuelve a menudo de un color que varía entre el café claro y el bronceado, rodeado por un anillo irregular de color café oscuro.
Respecto a la Mancha Borrosa: Es una especie de Helmintosporium que puede afectar a variedades de trigo concretas. Las lesiones son marrones sin contornos definidos (borrosa), de forma oval o redondeadas (elípticas). Las principales fuentes de inóculo son las semillas infectadas y el rastrojo.
Para la infección foliar se requieren temperaturas de 20-25ºC y humedad relativa elevada durante 15 horas.
Medidas Preventivas: Uso de variedades poco sensibles; Uso de semilla sana o tratada eficientemente con fungicidas; Rotación de cultivos; Enterrar restos de cultivos de parcelas afectadas; Eliminar ricias entre cultivos; Evitar aportación en exceso de nitrógeno.
Medidas de Control: Aplicación de fungicidas foliares desde ahijado hasta floración, cuando se alcance una severidad mayor del 30% en la parcela.
En cuanto al resto de agentes nocivos observados en los muestreos realizados no se ha observado incidencia de nematodos del quiste ni otras enfermedades, subrayan desde la Junta de Andalucía.